Las estelas nocturnales alumbrando
las manos del fulgor entre las lunas
cuando los brazos apegados al cuerpo
marcan un sendero al cuerpo caminante.
Todas las bóvedas sus lámparas extienden
con luces escapadas de los labios de las sombras
y un desdoblar de caminos deshojados
trazan en mis pies un breve murmullo.
La pluma con que escribo ahora mismo
se acompaña de nubes enardecidas
por las prendas amadas de este insomnio
que sigue al poeta de aguardiente.
Cuando la boca despierta del influjo lunario
guarda en mis ojos un bello paisaje
de andares por las sombras de Quimera
envueltos en penachos de escondidos sueños.
Y en los dulces resplandores plateados
recuerdo al hombre en su labor convulsa
y a la hembra que acompaña todo el cuerpo
y sorprende vibrante y enlazada.
Ya sólo soy una sombra disparada
en el pincel del rincón de la bohemia
y mi vida imquieta brota en su aventura
de beber de la boca voladora de la noche.
Olé esa pluma que pinta tan hermosos versos!! Bezzotes
A veces las horas existentes para descansar son las mejores para trabajar y crear algo.El cerebro descansa,se transforma por unas horas,pasa a regirse por otras leyes distintas…buena inspiracion
El insomnio es en la mayoría de los casos la razon por la que tantas cosas escribimos, tantos cúmulos de ideas nos alejan del sueño y nos acercan al lapicero. Danzamos con las agujas del reloj a la medianoche y hasta mas tarde, hasta cansarnos de acomodar palabras y sentirlas burbujear de nuestra mano. Un abrazo Diesel. Como siempre, disfrutando de Vorem y tus textos.
Querido Diesel, aprovechas bien tus horas silentes, a la vista está.
Para beneficio de todos los que te leemos con tanto agrado.
No he podido comentarte antes porque he estado en Paris toda la semana pasada.
Un abrazo.