Miro por la ventana y observo el reloj del tiempo, manoseando, a esos seres diminutos que circulan sin ser ellos mismos, in encontrados, descarriados, cruzando calles que no llevan a ninguna parte…ansiosos por dar una razón, un juicio a su subsistencia in albis.
Paseo mi retiro por las arterias de una metrópoli preñada de soledades… con el anhelo espiritual no satisfecho, me siento en el banco de los interrogantes.
Comienzo un nuevo año. ¿Turno de reflexión, cambios, metas…?
Salgo del sepelio, me percato de lo poco que conozco la postrera temporada.
Aquí me tenéis, con unos grados febriles, intentando sobrellevar la tos que se desata cada vez que respiro.
¿Cuántos han pisado el mismo suelo a través de los siglos? Guerreros de oficina tecleando ametralladoras, disparando pos-its, ocho horas de bombardeo en la trinchera. Hoy ya no pienso en revoluciones…la edad me hace vulnerable y cobarde…proteges mis datos en temores… debilucho y enfermo y aunque recuerdo poco, pues la memoria se desvanece con los años y por supuesto por los sueños, sí, hay episodios de mi vida que no sé realmente si fueron vividos por mi o por mis sueños… ¿O quizá por ti?, bien aquí entraríamos en aquello de qué es ciertamente sueño y qué realidad. Lavar lana en el río no fue fantasía…
-Ahora 2007-
Un comentario sobre “En el ruedo de las tempestades”
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“Guerreros de oficina tecleando ametralladoras, disparando pos-its, ocho horas de bombardeo en la trinchera. Hoy ya no pienso en revoluciones…”
Biografía de una frase.
Interesante reflexión, aunque, no sé, confieso, me resulta algo inconclusa.