Hora febril.
En el pretil
de la conciencia
estudia el hombre
toda su ciencia.
Llueve,
hay nieve
en la cima de la montaña
y el vaho empaña
el cristal
de la ventana.
Hora gentil
que se acompaña
con un candil
encendido en la entraña.
La subconsciencia
se enmaraña
y una suave presencia,
como de araña,
trepa con su esencia
la telaraña
de tiempo y de ausencia
en la cabaña.
Un comentario sobre “En la cabaña”
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Un precioso juego con los que las palabras son: las sonoridades entre los ritmos. Me gusta mucho.