En tu poesía, digan lo que digan los demás, no hay final posible ni imposible. Que tratan de imitarnos aquellos que se adentran en lo profundo de sus almas… sin podernos alcanzar nada más que cuando llega el alba y les alumbra. En tu poesía de gaviota compañera no puede habitar un final ni posible ni imposible porque estás en el misterio de la noche dentro de mí… tan dentro de mí que cuando sopla el viento ni uno sólo de tus poemas se pierde ni se queda en el olvido. Es por eso que en el silencio nos llamamos, nos amamos y nos sentimos perpetuamente más allá de cualquier frontera.
Las gotas de las lluvias son, para nosotros, vida fermentada en ese Gran Sueño que no pueden comprender los materialistas que siguen caminos sin salida alguna. Para nosotros el Camino está siempre sembrado de rutas viajeras por la Tierra, por el Aire y por el Mar…
Y más acá de nosotros queda la Esperanza…