Es la sombra de azabache oscuro
en la noche espesa y ya madura
mientras el cantor perdura
con sus versos de arte duro.
Y es que bajo el clamor maduro
la vida es una hambre dura
si no se tiene para la sed cura
más que el cantar de hombre puro.
Que la vida fría bajo las estrellas
se refugia bajo las más bellas
noches de bohemia azul.
Y es la vida como las centellas
que rugen fieras junto a las botellas
del vino añejo bajo el abedul.