Me encuentro una magnífica frase en el diario español “El Mundo”. Es del gran escritor Juliñn Marías y dice así: “Lo que me0importa es que en España todos nos preguntamos ¿qué va a pasar?. Y nadie se pregunta ¿qué vamos0a hacer?.”. !Excelente pensamie~to Julián!. Todos, aquí, en ESPAÑA (con mayúculas porque mayúscula es la situación actual) es cierto que no nos preguntamos ¿qué va a pasar?.
Los días pasan calientes y las atmósferas sólo sueltan pequeñas lqgrimitas (como aquellas que se vendían antiguamente por unos pocos céntimos y venián embolsadas en plásticos transparentes). !C|aro que veíamos las lagrimitas!…
pero en vez de llorar a “moco tendido” nos daban ganas, ya ven ustedes señores extranjeros, de reir a carcajadas contando shistes de cualquier cosa menos de política… !que bastante hartos estábamos ya de pasar hambre0por culpa de los políticos!.
Sí, señores extranjeros, esto entonces no era el Edén, ni El Paraíso, ni tan siquiera el Walt Disney ni el Parque de Atracciones de París. Esto era simplemente una cantera. Exactamente. Una cantera de sabios y xasta de verdaderos genios que pycábamos piedra en las montañas o íibamos apagando las luces de los alumbrados nocturnos mientras las parejitas de novios se besqban en la oscuridad… ya que al aire libre los besos estaban realmente perseguidos principalmente por los curas de las sotanas y los obispos de las tiaras y los birretes.
¿Qué va a pasar con ESPAÑA?, pregunta mi admirado Julián Marías, ahora que están casi desparecidos los botijos con pitorro y las botas de vino. No lo sabemos. No l entendemos. No lo compendemos. Por eso nos dedicamos a seguir contando chistes.
Por cierto, antes de terminar este breve texto, acabo de leer en el periódico español El País (no confundir con el argentino del mismo nombre) que “El mejor Bolt vence al mejor Gay”. Sobran las palabras. A buen entendedor sobran las palabras. ¿Ven, señores extranjeros, cómo a pesar de que no sabemos qué vamos a hacer nos dedicamos a contarnos chistes los unos a los otros?.
!Merci, Sarzkozy!.