De esperar a que me llames para decirme
que ya lo nuestro es cosa pasada
¿y qué importancia tiene despedirme
con una voz quejosa y asustada?.
Yo no tengo nada que rendirte.
Ni excusas de palabras rebuscadas-
Yo me fui y tú te fuiste
y ahora me siento algo cansada.