Falemos de falar (Hablemos de hablar)

Esto que voy a escribir ahora mismo, es algo complicado, cuanto menos, ya que desde pequeño he estado escuchando gallego, por lo que hablar y escuchar no es difícil. Dífícli será escribir estas líneas, a petición expresa de un voremista. Si hay algún gallego y si no le molesta, que me lo corrija, y de paso que me disculpe.
Que sea de vuestro agrado.

Xa que estamos falando e comentando as nosas ideas e pensamientos dentro desta páxina, falemos de falar. Todos temos unha necesidade de falar, de comunicar algo a os nosos semejantes, de expresar un sentimiento, o tan xinxelo como dicir algo por dicir. Sempre en todas situacións, o feito de falar nos proporciona unha satisfacción de calquera tipo, en función da persoa. Falar e lo que nos permite saber cómo pensamos Y fai ver ós demais cómo somos nos en realidade. Por eso, en moitas ocasións e sorprendente o que un par de frases coordinadas con exactitude dun reloxo suizo, poden provocar tanto ben e tanta desgracia.
Cando expresamos un sentimiento, nos quedámonos contentos por expresar esas palabras que temos gardadas e que en mais dunha ocasión, non nos atrevemos a dicir. As máis das veces, cando se reflexiona o que vaise dicir, valoramos o impacto das nosas palabras nos oídos que estannos a escoitar con mais ou menos atención. Cando nos se fai esta pequena reflexión, as consecuencias poden ser do mais variadas: dende o logro mais cobizado deica o desastre mais grande sucedido.
En calquera dos casos, a palabra ten un poder do cal as fotos e as as imáxenes carecen. e se non, ¿a quen a quen non lle han feito dano nalgunha ocasión unha palabra ou un pronunciamento referente a unha idea?
A palabra é un gran arma de formación de persoas, e tamén de destrucción, pero en calquera dos casos non ten cabida a dúbida o poder que duas liñas escritas ou pronunciadas ejercen sobre as persoas é inmenso. En máis dunha ocasión é, cando menos planteable, é o permitir ou non falar ás persoas. Pero, ¿cando é o momento oportuno de censurar?

Traducido:

Ya que estamos hablando y comentando nuestras ideas y pensamientos dentro de esta página, hablemos de hablar. Todos tenemos una necesidad de hablar, de comunicar algo a nuestros semejantes, de expresar un sentimiento,o tan simple como decir algo por decir. Siempre y en todas situaciones, el hecho de hablar nos proporciona una satisfacción de cualquier tipo, en función de la persona. Hablar es lo que nos permite saber cómo pensamos y hace ver a los demás cómo somos nosotros en realidad. por eso, en muchas ocasiones es sorprendente lo que un par de frases coordinadas con exactitud de reloj suizo, pueden provocar tanto bien o tanta desgracia.
Cuando expresamos un sentimiento nos quedamos contentos por expresar esas palabras que tenemos ocultas y que en más de una ocasión, no nos atrevemos a decir. En las más de las veces, cuando se reflexiona lo que se va a decir, y más si es un sentimiento, valoramos el impacto de nuestras palabras en los oídos que nos eschuchan con más o menos atención. Cuando no se hace esta pequeña reflexión, las consecuencias pueden ser de lo más variadas: desde el logro más codiciado hasta el desastre más grande sucedido. En cualquiera de los casos, la palabra tiene un poder que no disponen las fotos o las imágenes. Y si no, ¿a quién no le ha hecho daño en alguna ocasión una palabra o un pronunciamiento referente a una idea?
La palabra es un gran arma de formación de personas, y también de destrucción, pero en cualquiera de los casos es indudable todo el poder que dos líneas escritas o pronunciadas ejercen sobre las personas es inmenso. Por ello, en más de una ocasión es, cuando menos planteable, el permitir o no hablar a las personas. Pero, ¿cuándo es el momento oportuno de censurar?

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