Siempre llega solitario
siempre marcha más allá..
no se sabe de dónde viene,
no se sabe a dónde va.
Hay en sus ojos un silencio
imposible de averiguar.
No es tristeza ni es misterio,
sólo un distraído mirar.
Camina lento y despacio
como si no quisiera dañar
las piedras de los caminos,
el verde del vegetal…
Le observo cuando descubro
que mora en el ventanal
de la esquina donde bebe
y fuma allí sin hablar.
Hoy le pregunté la hora…
una sonrisa, no más,
se ha perfilado en su boca
sin poderme contestar.
No tiene reloj ni tiempo,
no tiene ningún lugar,
y esconde en su silencio
algún profundo soñar.
Su patria es el universo,
no hay frontera en su caminar,
y he podido descubrirle
que ama la eternidad.
Me ha regalado un verso
antes de irse a andar…
un verso que acaba diciendo
“el Amor no morirá”.
Si le encuentras algún día
no interrogues su Verdad.
Quizás sólo busca gorriones…
gorriones con quien hablar.