– No me conviertas en Tristeza, Juan…
– La Tristeza, a veces, es un noble sentimiento,
– De acuerdo… pero no me conviertas en Desilusión…
– Jamás podría convertirte en algo que tú no deseases.
– ¿Sabes cuál es mi deseo en éstos momentos, Juan?.
– Prefiero saberlo por el sonido de tu voz.
– ¿Qué tiene mi voz para que te guste tanto?.
– Su sinceridad.
– ¿No es pecado la sinceridad?.
– Cuando escapa del corazón, no.
– Entonces…
– Entonces qué …Greta… qué deseas comprobar… Yo también exploro los suspiros del cansancio…
Greta sonríe muentras juega a hacerme esperar…
– !!Deseo que me transformes en Sensación!!.
Deja de llover. Me levanto. Cruzo las manos de Greta sobre su pecho. Deposito un beso en la trigueña frente que tan lindas primaveras recogió. En el soñado Almendro de la Primavera la vida ya brota en plenitud y la existencia es azul. Miro al cielo. Veo llegar a la primera golondrina en forma de silueta horizontal que no es más que Greta convertida en clavel…
(fragmento de la novela “Greta” (II) escrita por José Orero De Julián “Diesel” y Liliana Del Castillo Rojas “La Gaviota Roja”.