– Son las 9 de la mañana mi amor, levántate y ven a mí para iniciar otro nuevo camino. Ven. Dáme la mano e iremos hacia una nueva época.
– ¿A dónde iremos?.
– Hacia nosotros mismos.
– ¿Y dónde está eso?.
– Dentro de ti y dentro de mí.
– ¿Podemos viajar dentro de ti y dentro de mí a una nueva época?
– Sí. Si mantenemos la Esperanza
– ¿Y cómo mantenemos la Esperanza?.
– Con la Ilusión en renovarnos de nuevo y con la Fe de que ese milagro se puede conseguir.
– ¿Sólo con Ilusión y Fe se producirá ese milagro?.
– Si.
– Es mucho más fácil de lo que yo me imaginaba.
– Entonces no tengas miedo a nada ni a nadie, dáme la mano e iremos hacia una nueva época.
– ¿Pero no me soltarás a medio camino?.
– Imposible. Te amo tanto que jamás te soltaré ni al principio del camino, ni a medio camino ni tan siquiera al final del camino.
– ¿Cómo es posible eso?.
– Eso, mi amor, es posible porque existe la Eternidad.
– ¿Y qué es la Eternidad?.
– Volver de nuevo a empezar donde nos conocimos en un Principio?.
– ¿Y cómo se llama ese Principio, mi amor?.
– Ese Principio se llama Eterna Juventud.
– Me da un poco de miedo pensar que no sea verdad.
– La verdad nunca es una mentira.
– ¿Pero será aquí en esta misma Tierra?.
– !Por supuesto que sí!. !En esta misma Tierra y antes de lo que te imaginas!.
– ¿Y si te estás equivocando?.
– Yo, como ser humano, puedo equivocarme… pero Jesucristo jamás se equivoca cuando promete un milagro.
– Te creo, mi amor, te creo.
Se baja el telón cuando Ella le da la mano a Él y este no la abandona ya jamás…