ON. Contraseña del ordenador: aurelianobuendía2009. Barra>Internet>http://old.vorem.com.
La barra echa a correr y se para en medio. Y derepente es como un anciano que camina arrastrando un pie, y luego otro… siempre el mismo rollo, maldita sea. Miro por la ventana a ver que pasa afuera, a ese pequeño cuadrito de cielo que me ha tocado. Azul. Con manchas blancas.
Aparece por fín. Bien. Dice Benjamín Jarnés “Hay ocasiones en que cuantos nos rodean no merecen sino un poco de comedia. Seamos, entonces, un poco farsantes.” Que curioso, ¿habré formado parte alguna vez de un grupo de payasos idiotas, como estos? La farsa no me parece justa, pero vete tú a saber que es verdad y que es mentira. Y más en internet, pues vaya…

Pone en el wikipedia que el señor Jarnés es un narrador de cuentos breves, ensayista, biógrafo, entre tantas otras cosas. Nació en Zaragoza y murió en Madrid…, que raro, ¿por qué todos los escritores españoles mueren en Madrid?
En fin. Introduzco la contraseña y rebusco entre los papeles donde había escrito aquello anoche, en mi mesa de trabajo, campo de batalla de feroces bolígrafos, valientes lápices y recónditos libros. Donde estará… ¡ah ya!, ya recuerdo, lo metí en el cajón. Bien. A ver. Rosas en sus ojosblablabla, y luego esto, que sigue, y, ¡anda!, si me ha salido una rima sin querer, que gracioso. Rima aquí, “corazón” con “razón”, menuda ironía. Y los alegres paseantesblabla y llora la lluvia por ellosblabla, si, sii, ajá. Bah, está bien. No es nada del otro mundo, pero bueno.
Escribo lo del papel, y a media poesía lo dejo. Ya es hora de comer, asi que dejo el ordenador encendido y ya vuelvo. Vale. Los demás estarán esperando para bajar así que mejor me doy prisa,si, si.

* El ordenador se queda solo entonces. Ismael baja por las escaleras con Andrés y los demás. Andrés y los demás… si. Y el ordenador se queda luciendo en medio de la oscuridad. De vez en cuando alguna canción en el Ares se descarga y se reproduce ella sola. En ese momento llega al 100% la canción “Minor Swing.mp3” Autor: Djando Reinhert. Y al tiempo que empieza a sonar un violín, por el pequeño cuadrado de la ventana pasa un pájaro blanco con el pelo y el pico negros, a buen vuelo y con alegría. Abajo se oyen unas risas, gente que pasa. El viento de vez en cuando mueve algo afuera, que suena con un débil y agudo ronquido. Quizá una veleta, o algún objeto mal desprendido. Y entonces llega Ismael. Y azul ya no está en la ventana.
He vuelto. Me siento, eructo a gusto (estoy solo), y prosigo escribiendo. Dos, tres lineas más, y ya acabé. Enviar. “Error, debes registrarte antes de enviar cualquier escrito”. ¡Pero que dices, tontainas, si no estuviese registrado no me saldría esta ventana para escribir! Atrás. Atrás. Nada. La página ha caducado. Uff, menos mal que lo tenía apuntado. Lo escribo todo otra vez, pero esta vez al apretar el botón de enviar ya nisiquiera responde. Apreto de nuevo. Los botones del Windows funcionan, todos. Muevo el ratón por el vorem, por si encuentra algun gato. Nada. Nada. Nada. Uy. Esto funciona, y esto también. Así que puedo mirar las estadísticas o mirar mis mensajes. ¡Pues que divertido! En fin, miro y cierro.
Estadísticas. 30 textos por publicar. Madre mía, la jungla. 983 usuarios registrados. ¡Parecemos tan pocos! Bla bla bla, lo demás no tiene importancia. Abro la ventana de los mensajes privados. Y me quedo helado. Ningún mensaje, ni siquiera los viejos. Todos borrados. Menos uno. Queda uno de pampera. ¿Quién es pampera?
Abrir. Abriendo. Los viejos echando carreras otra vez. Miro hacia los libros que tengo en la mesa. Quizá debería estudiar, ahora que estoy en la universidad. Mañana empiezo, seguro.
Se abre la ventana. Una línea. Leo. Que coj….

—-…343587urgente775<<<. Re:re:re:re:re:re:re:re:matar
Hay que cargarse al mayor. Hay que matarlo. Pásalo