Mis palabras hablan en forma de espiral
alimentándose con plasmas siempre entrelazadas
para salir de los olvidos del aire
y cuando llega el desaire
de sentirse todas ellas abrazadas
en una especie de mitral…
mis palabras se vuelven cristal
forjado en el fuego de la tarde.
Comienzan en el silencio y sus misterios
para hacerse poco a poco alarde
de pirotécnica ignición inacabada.
Y para convertirse en ideas largas
se extienten por todos los silencios
en las tranquilas aguas de sus algas…
Siempre son un poco morirse en este fuego
que las hacen presentarse blandas
hasta enrojecerse de diccionarios luengos
quemando deseos hechos hablas.
Aliadas con el fuego de las sílabas
átonas, agudas, extralargas…
o simplemente monosílabos lentos
que manifiestan sus sentidos en las anchas
mesetas del vocablo tenso,
del diálogo con lo que pienso,
a través de las noches encendidas y altas.
Mis palabras son sólo un vocabulario
de sentires que se queman en las albas.
Muy bonito, Diesel. Muy profundo a su vez. Las palabras de todos nosotros siempre se encienden hasta alumbrarnos de poema.
Muy hermoso sentir que las palabras nos arden de contenido. Muy completo tu pensamiento. Albas ardiendo, y tardes y noches enraziadas en las madres y en las selvas de todas nuestras palabras. Excelente.