Aquel sonido tenue, obsesivo y permanente
del pasado a veces recurrente,
logró despertar repentina y frenética
una actitud paradojal y desquiciante.
Fue necesario solo un instante de frivolidad
instante que no forma parte del tiempo
más bien abre un acceso a la eternidad,
a la demagogia de las emociones y su profundidad.
En mi mente irrumpía paulatina y llanamente
la fuerza insondable de la ansiedad,
obligándome a hurgar en las vastas regiones de mi memoria
hasta llegar al andén que compartimos en la historia.
Brioso, extasiado de la virilidad insolente de mi juventud
decidí transitar la senda que va del lado opuesto a la razón,
en compañía de aquellas imágenes paganas
exiliadas de mi mente pero albergadas en mi corazón.
Una vez más, la travesía del eterno retorno
donde guiado por la voz de la inexperiencia
inicio la odisea, entre la espesura de la ausencia
adentrándome al laberinto de la obsesión
allí, donde se pierden los demonios del amor
y seducen los placeres de la pasión.
Morir todavía y no después, buscando el camino a la redención,
aunque jamás me vuelva arrepentir por un incauto momento de tentación,
ahora es cuando estorba la memoria y los sentidos se distraen
propiciando el cíclico ritual de conciliación,
practicado por ilusos sentimientos insurrectos
sometidos al hechizo de tu mirada y su sortilegio.
Sin embargo, la conciencia me invita a reflexionar,
cuando el tiempo no parece perdonar
es la ingenuidad quien nos absuelve de equivocarnos,
culpa, tibieza de vocación o aquella mística atracción por los besos de la traición,
son antesala de un alma profanada por la seducción.
Tanta estúpida represión católica, ejercida sobre determinados cerebros, causa verdaderos estragos…
Hola otra vez, quería aclarar que mi intensión era escudriñar los oscuros repliegues del alma cuando es sometida a una situación extrema, por ej. Una relación tormentosa, donde el narrador sabe que se interna en un oscuro paraje, pero no desconocido, simplemente no puede evitarlo.. está enamorado, acuerdate hay amores que matan.