Sus ojos se cruzaron
y el mundo se paró.
El llegaba tarde a la oficina
ella debía cojer un tren.
Tan sólo fué un instante…
Desaparecieron las prisas,
desaparecieron la vías,
el mundio entero desapareció.
Pero ellos no…
Allí seguían inmóviles
buscándose,
encontrándose
y algo magiico sucedió
pués el sol brilló más que nunca,
el aire supo a jazmín,
y el pitido del tren al alejarse sin ella
silbó una bonita canción de amor.
Saludos. Alaia
Amor de instante fugaz que se cruza a veces en el camino humano de las necesidades perentorias tales como sentir una búsqueda en los ojos de alguien que ves accidentalmente. Una bonita cancíón que nunca será de olvido.
Y a veces ese instante es venido detrás de una larga espera, un instante que cambiará por siempre nuestras vidas bajo el mismo sol que nos vió llegar.
Paralicé el instante para leer tu poesía. Un beso.