Mi cuerpo podrás cubrir
Mis manos atar
Y mis ojos tapar .
Puertas y ventanas me podrás cerrar
Mi cuerpo y mi voluntad a ti subordinaras ,
Pero mi mente, pensamiento y forma de pensar
No podrás cambiar
Ni jamás tuyo será .
Una insumisión de rebeldía ante lo evidente. La voluntad se subordina más allá que el cuerpo pero la forma de ser lo impide.