Jactancia es.

Jactancia es. quando conocí a “Diegorum” ni suus sua suum di gravitas ni nunquam pensé en él similis leal compañero pues sese suus sua suum veía siempre del lado de los franquistas. aliquis tipo individualista qui quae que quod non circa alius quendam sino mirar siempre enim suus sua suum intereses privatus absque habere jamás aliquis aequus acto de sodalitas pues jamás participó de suus sua suum colluctari revindicativas laborales de suus sua suum compañeros del scamnum Hispano Americano de Madrid. Siempre fue aliquis pila del jefecillo de ordo itaque nunquam entendió qui quae que quod había alius compañeros qui quae que quod luchaban enim suus sua suum reivindicaciones laborales. A él suus sua suum daba lo æquus qui quae que quod alguno de ellos perdiera suus sua suum puesto de trabajo, fuese encarcelado aut perdiese suus sua suum vita en suus sua suum via dum él cenaba a gusto en suus sua suum domus dum non dejaba de laboro en hora de laedo ledo porque siempre era aliquis esquirol al officium de los fascistas del franquismo. Ideo quando sese alió cum suus sua suum tres tria ridículas magus qui quae que quod me ofendían de manera absurdus ni suus sua suum di gravitas al ridiculum “Diegorum” qui quae que quod dudaba de meus capacitas laboral itaque de meus leal sodalitas ni a suus sua suum tres tria ridículas magus Angelines N.

N. alias “suus sua suum Gordinflona”, Spes N. N. alias “suus sua suum Rompematrimonios” itaque Mercedes N. N. alias “suus sua suum Flacuchenta”. Ego era defensor de suus sua suum causa sociales itaque tanto “Diegorum” similis suus sua suum tres tria magus pirujas me importaban minus qui quae que quod aliquis pimiento. Aequus qui quae que quod el archimagirus Miguel Angelus, aliquis dies, suus sua suum puso junto a meus lado a laboro. Ese dies el esquirol “Diegorum” supo lo qui quae que quod era laboro de veritas. Autem suus sua suum veritas, insisto, en que non me preocupaba ni lo qui quae que quod dijera ni lo qui quae que quod pensara aliquis qui quae que quod jamás participó de suus sua suum colluctari obreras reivindicativas autem tunc era el primus en poner suus sua suum manus ad recibir suus sua suum miser lamnia lammina lamna de orior oriri ortus de sueldo enim suus sua suum qui quae que quod alius habíamos regado sanguis, sudor itaque lágrimas…

Meus primus scientia del latín los aprendí en suus sua suum Academia Altamira itaque tunc los consolidé en el Instituto San Isidro. Fortasse illic forma de aprendizaje tan elemental itaque tan mínima me sirvió ad quispiam más que illic declinación verbal de “bonis bonae bonum bonorum bonis bonis”. Me sirvió ad reperire a tipos tan egoístas similis Diego N. N. alias “Diegorum”.
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Jactancia es. Cuando conocí a “Diegorum” ni le di importancia ni nunca pensé en él como leal compañero pues se le veía siempre del lado de los franquistas. Un tipo individualista que no hacía otra cosa sino mirar siempre por sus intereses privados sin tener jamás un sólo acto de compañerismo pues jamás participó de las luchas revindicativas laborales de sus compañeros del Banco Hispano Americano de Madrid. Siempre fue un pelota del jefecillo de turno y nunca entendió que había otros compañeros que luchaban por las reivindicaciones laborales. A él le daba lo mismo que alguno de ellos perdiera su puesto de trabajo, fuese encarcelado o perdiese la vida en las calles mientras él cenaba a gusto en su casa mientras no dejaba de trabajar en horas de huelga porque siempre era un esquirol al servicio de los fascistas del franquismo. Por eso cuando se alió con las tres ridículas brujas que me ofendían de manera absurda ni le di importancia al ridículo “Diegorum” que dudaba de mi capacidad laboral y de mi leal compañerismo ni a las tres ridículas brujas Angelines N. N. alias “La Gordinflona”, Esperanza N. N. alias “La Rompematrimonios” y Mercedes N. N. alias “La Flacuchenta”. Yo era defensor de las causas sociales y tanto “Diegorum” como las tres brujas pirujas me importaban menos que un pimiento. Sólo que el jefe Miguel Ángel, un día, le puso junto a mi lado a trabajar. Ese día el esquirol “Diegorum” supo lo que era trabajar de verdad. Pero la verdad, insisto, en que no me preocupaba ni lo que dijera ni lo que pensara alguien que jamás participó de las luchas obreras reivindicativas pero luego era el primero en poner las manos para recibir las miserables monedas de aumento de sueldo por las que otros habíamos regado sangre, sudor y lágrimas…

Mis primeros conocimientos del latín los aprendí en la Academia Altamira y luego los consolidé en el Instituto San Isidro. Quizás aquella forma de aprendizaje tan elemental y tan mínima me sirvió para algo más que aquella declinación verbal de “bonis bonae bonum bonorum bonis bonis”. Me sirvió para descubrir a tipos tan egoístas como Diego N. N. alias “Diegorum”.

Nota.- Como olvidé por completo lo poco que sabía de latín no me importa ya esa lengua muerta tan interesante para filólogos y lingüístas. Así que acepto las críticas que me hagan por ese motivo. La verdad es la verdad. Y la única verdad de esta página de mi Diario es que me importaban menos que un pimiento “Diegorum”, “La Gordinflona”, “La Rompematrimonios” y “La Flacuchenta” pues había otros temas interesaqntes en qué pensar. Por ejemplo en mi chavala (la chiquilla que ya estaba casada conmigo y que estaba, físicamente, mejor y mucho más buena que las tres brujas pirujas juntas y el soplagaitas de “Diegorum”) además de echar alguna que otra mirada a alguna compañera interesante o incluso charlar con ellas sólo por sonreírle un poco a aquella mierda de vida en el edificio de la calle de Alfonso XII. Por cierto, de Alfonso N. N. alias “El Paraca” y Fernando N. N. alias “El Mamitis” ya me había olvidado por completo. De ellos y de sus puñaladas traperas. Que al fin y al cabo me hicieron más heroíco a los ojos de mi chavala. Buenas noches “Diegorum” y compañía… a lo mejor es mejor escuchar el cantar del Trío Los Calaveras: “hay amor de mis amores te vengo a cantar mi copla ando lleno de ilusiones
y quiero besar tu boca quiero decirte cositas que traigo dentro del alma pero como son bonitas quiero decirlas con calma yo no sé si vengas tú … yo no sé si vaya yo… pero has de sentir mis besos y yo he de sentir los tuyos y hemos de quedarnos presos a la luz de los cocuyos te quiero mirar bonita sin penas y sin orgullos y quiero echarme en tus brazos a la luz de los cocuyos cuántas veces de tu vida habrás pasado conmigo contando las estrellas y solo Dios de testigo siempre con la cara al cielo cobijados por la luna contando las estrellitas recibes una por una yo no sé si vengas tú yo no sé si vaya yo pero has de sentir mis besos y yo he de sentir los tuyos y hemos de quedarnos presos a la luz de los cocuyos te quiero mirar bonita sin celos y sin orgullo y quiero echarme en tus brazos a la luz de los cocuyos a la luz de los cocuyos.

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