Juegas con el pasado,
trayéndolo al presente,
tejiendo una maraña,
de realidades diferentes,
y piensas que todo vale,
pues todo se queda en nada,
pero cuando te vuelves,
tu espalda está mojada.

Las historias que pasaste,
te han dejado esa huella,
esas desganas de sentimiento,
esas cicatrices abandonadas,
sin querer, hasta en el alma.
Juegas con el pasado,
trayéndolo al presente,
pensando que mañana,
ninguno estará presente,
y cual es tu sorpresa,
al ver que entre la gente,
te encuentras sólo con ella,
la que es y que te importa,
la que camina cada segundo,
junto y al lado de tu mente,
pero cuando te vuelves,
lo piensas y descubres,
que nada es siempre todo,
y es cuando sin quererlo,
lloran por ti los ruiseñores…