O fue en 1988, o fue en 1989… pero recuerdo cuando enseñé a jugar al golf, en la barriada del Batán de Madrid, a Leslie. Buscamos un palo, cogimos una piedra y nos dedicamos a intentar meter la piedra, dándola con el palo, en un pequeño hoyo del parque trasero de la calle San Roberto. Pasamos una tarde inolvidable jugando al golf.

Le enseñé a saber lo que era “un par de campo”, “un birdie” y otras cosas como el “tee” de salida, la calle (“fairway” en inglés), los “greens” (con los obstáculos que debíamos salvar en aquel irregular campo de juego), el “driver”, el “approchad” (acercamento más o menos acertado o desacertado), el “putt” que se da con el “putter” (que para nosotros era el palo), el par 3, el par 4, el par 5, el “agle”, el “bogey”, el “double bogey” y hasta el “handicap” que yo le regalaba para que me pudiera ganar…

más una cantidad enorme de tonterías que me inventaba yo para hacerle reír. No me olvidé ni del “swing” que tanta fama le daría después a Miguel Bosé aunque fuera ” con un swing chiquitín chiquitín” a ritmo de baile discotequero. ¡Jajajajaja!

Entre chistes y chistes, entre risas y risas, la tarde fue cayendo hasta que nos entraron ganas de merendar y nos fuimos a casa. Carla ya estaba de camino…