Acto Tercero (Desenlace)
Personajes: Grupo, Pianista, Escritor, Laura, Juan, Camarero, La Voz.
Escenario: “La Carreta” es un café-librería. Un pequeño grupo de personas de ambos géneros se encuentran allí reunidos, tomando café mientras escuchan a un pianista tocando una linda melodía. En una mesa se encuentra un joven escritor que escribe en unas hojas de papel. En otra mesa, también sola, está Laura leyendo un libro. Tiene un café a medio beber. El pianista deja de tocar cuando, en esos momentos, aparece Juan totalmente abatido y triste. Está desorientado y camina muy cansado. Pasa al lado de Laura sin darse cuenta de que ella está allí.
Laura (Levantando la vista del libro).- !Hola, Juan!.
Juan (Sorprendido).- ¿Eh?… !Ah, hola Laura!.
Laura.- Nunca pensé que llegarías hasta aquí.
Juan.- ¿Es esta tu “Carreta”?… !Imaginación!… !Esto es sólo un producto de mi imaginación!.
Juan.- (Restregándose los ojos para darse cuenta de que no está soñando).- Yo creía que “La Carreta” era…
Laura cierra el libro y lo deja sobre la mesa no sin antes haber dejado el paginador en la página que estaba leyendo.
Laura.- Ven, Juan… siéntate a mi lado… te veo demasiado triste…
Juan (Mientras se sienta al lado de Laura).- Gracias… ver la tristeza también es un sentimiento.
Llega el camarero con una rosa roja que entrega a Laura.
Camarero.- Laura… la flor de todas las noches…
Laura (Tomando la rosa roja la huele con gran placer pero suavemente y depositándola sobre el libro).- Gracias.
Camarero (Dirigiéndose a Juan).- ¿Qué va a ser, señor?.
Juan.- Una botella de güisqui “La Piara” y una cajetilla de “Marlboro”.
El camarero se aleja para cumplir con lo mandado.
Juan.- ¿Y esa flor?.
Laura.- Un desconocido me la regala todas las noches. Sólo he podido saber que es escritor, pero… también compruebo que sigues siendo Johny.
Juan.- Peor que eso, Laura. Ahora ya no soy ni tan siquiera Johny. Ahora sí que soy Juan sin Tierra… y sin Aire… y sin Mar…
Regresa el camarero con el pedido de Juan y, después de dejar la botella, un vaso y el cenicero, entrega la cajetilla de tabaco al joven y se marcha hacia la barra del bar situándose detrás de ella, junto al pianista que, en esos momentos está tomando café. Juan bebe un trago directamente de la botella y enciende un cigarrillo para fumar.
Laura (Después de dar el último sorbo a su café).- ¿Sucede algo?.
Juan (Muy triste).- Eso es lo malo… que nunca sucede nada…
Laura.- Sigues equivocado, Juan.
Juan (Violento).- !!Ya está bien!!. !!Soy Juan sin Tierra… y sin Aire… y sin Mar… ¿Qué más no soy?
Uno de los jóvenes del grupo de lectores chista para que no eleve tanto la voz porque le distrae de la lectura.
Grave silencio.
Juan.- !No te esfuerces más por mí, Laura!. !Soy un caso perdido!. !Es mejor dejar las cosas como están!.
Laura se levanta cogiendo la rosa roja y el libro.
Laura (De pie).- Veo que es verdad. Tú y yo no hemos nacido para decirnos nada. Adiós, Juan… ¿o prefieres que te llame Johny?. Quizás algún día recordemos que fuimos dos jóvenes humanos sin tenernos nada que decir…
Juan (Suplicante pero sin atreverse a levantarse).- !Espera, Laura, por favor!. !No es eso!. ¿Puedes quedarte sólo unos minutos más?.
Laura.- ¿Crees que merece la pena unos minutos más?.
Juan.- Sí. Un poco de tiempo siempre merece la pena.
Laura (Sentándose de nuevo y dejando el libro sobre la mesa y la flor sobre el libro).- De acuerdo… apuremos al máximo, si así lo deseas, el tiempo de la decepción.
Juan bebe otro trago de la botella y fuma comenzando a toser violentamente.
Juan.- Lura… yo no sé tú… pero yo estoy solo de verdad… !Solo de todas las cosas, de todos los sentires, de todos los porqués!.
Laura (Muy seria).- ¿Pero no eres El Rey?.
Juan.- ¿El Rey de quién?… ¿De mis amigos los jóvenes de “La Cueva”?. Falso… eso es falso… nunca han sido mis amigos y nunca han sido jóvenes. ¿De mis adoradas novias de “La Cueva”?. Falso… Eso es también falso… nunca han sido mías porque ni tan siquiera se pertenecen a ellas mismas.
Laura.- ¿Entonces?…
Juan.- Por favor Laura… sé que me estoy portando como un ignorante pero no puedo evitarlo porque es verdad que soy un ignorante… ¿cómo puedo dejar de ser lo que soy?.
Juan vuelve a beber de la botella.
Laura (Compasiva).- Puedes hacer muchas cosas.
Juan (Fumando y volviendo a toser).- ¿Por ejemplo?.
Laura.- Por ejemplo… !esto!.
Laura le quita suavemente el cigarrillo “marlboro” y lo aplasta en el cenicero.
Juan.- Muy bien… !ya está!… ¿Y ahora qué?.
Laura, en silencio, le mira directamente a los ojos. Juan no agunata más tiempo aquella franca mirada y bebe otra vez de la botella.
Laura.- !Y, por ejemplo. esto otro!.
Le quita la botella y vacía todo su contenido en una especie de florero que está a su lado. Deja después la botella vacía sobre la mesa.
Juan (Enfadado).- !!Qué has hecho!!
Los que están leyendo y tomando su café se le quedan mirando y le vuelven a pedir que baje la voz con señas y chistándole.
Laura (Muy tranquila).- Demostrarte lo que tienes que dejar de ser.
Juan.- ¿Por qué echaste a perder mi güisqui?.
Laura.- No es tu güisqui lo que quería arruinar.
Laura coge la botella vacía y se la entrega a Juan.
Laura.- ¿Crees que eso que tienes en la mano es una botella vacía?.
Juan (Mirando la botella).- Sí.Esto es una botella vacía.
Laura.- ¿Seguro que es una botella vacía?.
Juan.- Ya no estoy casi seguro de nada… pero si de algo puedo estar seguro esta noche es de que esto es una botella vacía.
Se produce un silencio en el que Juan mira a la enigmática Laura totalmente sorprendido por su enorme belleza.
Juan.- ¿Qué pasa, Laura?. ¿Quién eres en realidad?. ¿Una imaginaria locura que surgió de mis pesadillas y que me quiere hundir en las nieblas de la oscuridad?. ¿O eres, en verdad. una locura de carne y hueso que salió del psiquiátrico de los idealistas?.
Laura sonríe y está ahora más hermosa que nunca.
Juan (Mirándola a los ojos).- Estoy seguro de que no eres real. De un momento a otro voy a despertar y el día de hoy no habrá existido jamás. Ni en la realidad ni en la ficción. !Ni tan siquiera habrá existido como sueño!… Porque hoy no es un día real, ni ficticio, ni soñado… !Hoy ha sido un día inexistente!.
Larua (Con ternura compasiva).- Mira el interior de esa botella…
Juan, como hipnotizado por la mirada de ella, mira el interior de la botella.
Laura.- ¿Qué ves?.
Juan.- Nada.
Laura.- Eso es, Juan. No está vacía, porque en el interior de todas las botellas, una vez que se acabó el alcohol. está cada uno de los que se la han bebido…
Juan (dejando la botella sobre la mesa).- Entonces… ¿yo soy nada?.
Laura.- Ahora mismo sí; porque todos los adictos al alcohol sois nada… ¿y sabes cuál es la compañía que tenéis?.
Juan.- Ninguna. En el fondo de todas las botellas vacías no hay ninguna compañía. Allí sólo estamos los borrachos… !completametne solos!.
Laura.- No es así. Sois nada pero estáis acompañados; porque en el fondo de todas las botellas vacías existe la soledad. Una soledad que os acompaña pero que no os ama ni os amará jamás. Una soledad que no os da la mano nunca.
Se produce un largo silencio mientras el pianista toca una pieza de Chopin. Cuando ha terminado de tocar el piano, se levanta, se despide con una reverencia de todos los allí presentes y se marcha fuera del escenario no sin antes haber tapado el piano.
Laura.- Bien. Entiendo que hemos llegado al final y ahora, por favor, déjame marcharme, Juan… terminaron los últimos minutos de la decepción.
Juan (Tomándola de las manos).- !No, Laura!. !Por favor!. !No te vayas ahora!.
Laura se suelta de las manos de Juan suavemente y, recogiendo la flor y el libro, se pone de pie.
laura.- Yo ya no tengo nada más que decir… !Te dejo libre para que recuperes tu yo a la manera que tú lo has decidido!.
Juan (suplicante pero sin atreverse a levantarse).- !!No!!. !Ayúdame ahora, Laura!. !!Ayúdame!!.
Todos guardan silencio expectante porque comprenden la situación del muchacho. Juan hunde su cabeza entre los brazos y sobre la mesa.
Laura.- (Con ternura compasiva).- Juan… Juan… Juan… Juan sin Tierra… Juan sin Aire… Juan sin Mar…
Juan (con la cabeza hundida sobre la mesa).- Juan sin Vida… Juan sin Nada… Juan sin Fe…
Juan levanta la cabeza. Los dos se quedan mirándose mutuamente. Otra vez Juan aparta su mirada y ahora coge el libro, que está sobre la mesa, con sus dos manos.
Juan.- Ahora sé por qué decías que nunca estabas sola. ¿Te gusta leer?.
Laura.- Sí, Juan. Me encanta leer libros buenos. Soy muy selectiva en eso. Un buen libro es siempre una profunda compañía… una verdadera amistad y no falsa alegría como las botellas del alcohol bebidas como costumbre. Los buenos libros sí saben amar.
Juan.- ¿Me permites que lo pueda descubrir por mí mismo?.
Laura (Entusiasmada).- !Por supuesto que sí!. La amistad de un buen libro sólo la puede conocer quien lo lee.
Juan (Mirando la portada y el seudónimo del autor).- !Diesel!. ¿Quién es?.
Laura.- Si te refieres a si le conozco personalmente… no. No sé cómo es su físico. No sé si es alto o bajo, gordo o flaco, rubio o moreno… no sé de qué color son sus ojos ni su piel. Pero si te refieres a si conozco su alma te diré que sí… que la conozco tan hondamente que estoy dentro de ella.
Juan.- No entiendo…
Laura.- Nunca podrás conocer a una persona cuando la oigas solamente hablar porque a veces existe la mentira… pero la escritura sale del pensar y el pensar sale del sentir y el sentir sale del corazón. !Lee si deseas comprobarlo!.
Juan abre el libro por la página señalada por el paginador y lee en voz alta.
Juan (Leyendo).- “Quiero que sepas que sólo soy carne, sangre, huesos y corazón. Por eso únicamente te pido que no destruyas nunca una oportunidad si ésta es verdadermaente limpia. Por el capricho de algún escondido reloj espiritual se han encontrado mi mito y tu fantasía… pero los mitos siempre se desvanecen cuando los tenemos cerca, porque es entonces cuando nos damos cuenta de que su realidad es más débil que su leyenda. Entonces se diluyen entre nuestros dedos… pero no importa… no llores por eso. Vive. Vive siempre con el verdadero valor de tu propia persona”.
Juan deja de leer y descubre que Laura sigue mirándole a los ojos.
Laura.- Él es quien me regala todas las noches una rosa roja.
Juan.- Entonces… ¿está enamorado de ti?.
Laura (Sonriendo).- Un día tú encontrarás a alguien que te haga feliz.
Juan.- Imposible…
Laura.- Debes saber que no sólo será posible sino que será también real.
Juan.- ¿Pr qué dyces eso?.
Laura.- Porque tú también mereces una oportunidad. Eres valiente y valyoso y te la mereces.
Juan (Tomando otra vez las manos de Laura).- !!Ven conmigo, Laura!!. !!Te necesito1!.
Laura aparta suavemente las manos de Juan.
Laura.- No estás entendiendo. No estoy buscando ena}orarme de ti ni que tú te enamores de my persona. Tienes que saber que estoy enamorada.
Juan (Desesperado).- !!Vámonos,0Laura!!. !!Vámonos de aquí!!. !1Vámonos lejos de esta podrida sociedad!!.
Laura.- Eso es ir a ningún lugqr. Eso us huir. Eso es seguir siendo Nata.
Juan (Señalando con furia al público).- !!Pero ellos se han reído de0mí!!.
Laura.- Tu equivosas. Jamás se han reído de ti. Se han burlado de tu soberbia.
Juan.- (Otra vez suñalando al público con furia).-0!!Ellos!!. ¿Quiénes se creen que son ellos?. !!Míralos!!. !1Todos sentados en sus cómodqs butacqs!!. !!Todos mirándome son aire de superioridad!!. ¿No tienen soberbia ellos?.
Laura.- Tal vez no sean como tú siempre has creído que sn.
Juan.- ¿Quieres decir que ellos son mis verdaderos amigos?.
laura.- recuerda que la amistad no existe… !La creamos nosotros mismos!.
Juan.- !Mis amigos son de otra manera!. !!Mis amigos me admiran!!. !!Mys amigos me adoran!!.
Laura.- ¿Tus amigos?. ¿Quiénes son tus amigos?. ¿Los que te ocultqn su odio mientras te e~salzan como su Rey?. ¿Las chicas que falsamente te adoran porque compartes alcohol, baile y cama con el|as?. ¿O los que tiemblan de miedo cuando te acercas a ellos para robarles el únioc amor de sus edades?. ¿Son esos tus a}igos?.
Juan (muy excitado).- !!Tienes razón, Laura!!. !!Huyamos de aquí!!. !!Olvidemos tanta falsedad!!. !!!Dáme la oportunidad que me merezco!!!. !!!Suremos felices los dos!!!.
Laura (Señalando al público).- No, Juan, no estás entendiendo nada. Ahí estaba sentada porque a ese público pertenezco y en medio de ese público soy feliz. Yo no tengo que huir de ninguna farsa. Soy limpia y verdadera porque tengo Fe eterna y mi realidad no es un fingimiento. Por eso te dije que soy Auténticq. Soy tan Auténtica que0vuelvo q confirmarte que no deseo que te enamores de mí porque yo ya estoy enamorada.
Juan (Señalando con ira a| públic).- !!!Laura!!!. !!!Míralos bien!!!. !!!Esa Ciudad es falsa!!!.
Laura.-0Esa Ciudad es lo que más me imprta. A esa Ciudad la amo y en esa Ciudad vive el hombre que me ama a mí.
Juan.- !!Pero usa es la Ciudad de la Dusesperasión!!.
Laura.- No, Juan… !Esa es la Ciudad de Dios!. Te confundes de palabra. ~o es lo mismo la D de Dusesperación que la D de Dios.
Juan.- (Desesperado).- ¿Pero sabes tú quién gobierna a esa Ciudad?.
Silencyo profundo.
Juan.- ¿Qué te sucede, Laura?. ¿No te atreves a decir quién gobierna a esa Ciudad?.
Laura (Sonriendo).- Todavía sigues sin saberlo tú…
Juan (Sorprendido).- No entiendo…
\aura.- Es muy sencillo de entender. Vuelvo a decirte que esa es la Ciudad de Dios. Infelices quyenes cruen que la Verdad de Dios no estñ en ella. Infelices porque no saben lo que creen.
Largo silencio.
=
Laura (levantándose y tendiéndle la mano a Juan).- !Ven conmigo, Juan!. !Ven a saludar a esa Ciudad!.
Juan.- No puedo, Laura… !!No puedo!!.
Laura.- Yo creo que puedes intentarlo…
Juan.- Intentar… ¿qué?.
laura (Ayudando a levantarse a Juan).- Intentar ser solamente Juan.
Juan.- !!No, Laura!!. !!Yo0soy joven!!. !!Yo soy el Rey de0la Juventud!!.
Laura.- Ven conmigo, Juan…
Juan.- !!Que vengan ullos a mí!!.
Laura (Soltando a Juan).- Adiós, Juan…
Laura recoge la rosa roja y el libro y se encamina hacia la salida de escena. Juan se arrodilla para suplicarle que no se vaya.
Juan.- !!!Vuelve, Laura!!!. !!!Te necesito!!!.
Laura regresa hacia Juan y se agacha junto a él.
Laura (Abriendo el libro por la última página).- Escucha esto Juan… “La última versión de mi amor por ti no es la última palabra de este libro, sino esa rosa roja que te regalo todas las noches para que sepas que estoy aquí, sentado entre los que toman café mientras leen sus propios sueños, para decirte con todo el corazón que te amo de verdad”.
Juan.- !!!Yo también te amo!!!.
Laura.- Te engañas a ti mismo. Te estás engañando de nuevo e intentas inútilmente engañarme a mí. Te regalo el libro pero me llevo la flor.
Laura se levanta y vuelve a caminar hacia la salida.
Juan (con el libro entre las manos y de rodillas).- !!!Laura!!!. !!Yo te necesito más!!. !Estoy solo!. No me queda nadie…
Laura (Volviendo la vista atrás pero sin regresar a donde se encuentra Juan).- Lo siento, Juan… quizás ahora com prendas a los jóvenes a los que convertiste en Miguel…
Juan.- Miguel se convirtió en soledad él mismo…
Laura.- Porque no le diste ninguna otra alternativa… y ahora si estás tú solo debes aprenderlo a no estarlo. Y también debes ser tú quien decidas lo que quieres ser en la verdad de ti mismo. Hay un mundo que te espera para hacerte compañía y una Ciudad de Dios donde encontrarás el Amor que tanto necesitas.
Juan.- No te vayas, Laura… estoy seguro de que él tiene muchas a quien elegir…
Laura.- Te equivocas, Juan… él nunca será como tú… porque él forma parte esencial de “La Carreta”. Adiós, Juan… decide tu propio futuro y pídele a Dios que te de un Destino feliz…
Laura sale del escenario mientras Juan hunde su cabeza entre sus brazos y se inclina hasta tocar el suelo. El libro queda cubierto por su cuerpo… pero el Escritor sigue, en su mesa, escribiendo en las páginas de su Diario…
Escritor (escribiendo mientras habla en voz baja).- “Sabes que siempre seré tu Verdad, Laura”.
Juan.- No puede ser… no puede ser… no puede ser que te hayas ido con él…
La Voz.- “Mi Voz dirigida va a los hombres, camina a bordo de la Carreta de los Sentimientos y penetra en el corazón de los seres humanos a través de las puertas del Amor. Si oyes, en alguna ocasión, el Silencio de mi Voz, podrás entender que en él habita la Verdad. Y si sabes ecuchar el Silencio de mi Voz habrás aprendido a escuchar el Silencio y la Verdad de ti mismo; así podrás entender que la inteligencia es la única justicia que tiene entendimiento para poder discernir cuándo los hombres y las mujeres de esta Tierra son jóvenes de verdad. Si ves mi Carreta pasar… sube… entra en ella… porque entre los libros de sus anaqueles, mientras saboreas el Silencio de las Horas Pacíficas, siempre encontrarás una respuesta válida para cada una de tus preguntas. Tu juventud no existe pero sólo podrás sentir que la posees cuando pases al interior de mi Carreta y encuentres allí la Belleza del Misterio de la Creación. No existe edad de calendarios para ser joven. Basta solamente con tener la Edad del Entendimiento.
CAE EL TELÓN DEL TERCER ACTO MUY LENTAMETNE MIENTRAS LA VOZ DE DIOS ESTÁ HABLANDO.
FIN