Ricardo y Rosa establecieron comunicación a través del Internet. Tras un breve tiempo de enviarse mensajes por el chat decidieron conocerse…
– Hola Ricardo…. ¿dónde quieres que nos veamos y qué señal debo llevar para que me reconozcas?.
– Podemos quedar mañana mismo a las 10 de la noche en la Cafeteria La Sorpresa y como te llamas Rosa sería bonito que llevases una rosa roja en la mano.
Esa noche Ricardo no pudo conciliar el sueño y estuvo todas las horas rogando a Dios que Rosa fuese una mujer tan bellísima que le conquistase el corazón nada más verla.
Cuando al día siguiente, a las 10 de la noche, Ricardo entró en la Cafetería La Sorpresa encontró en su interior hasta un total de 500 mujeres bellísimas y cada una llevaba una rosa roja en sus manos.
Ricardo regresó inmediatamente a su casa totalmente aturdido.