Amigo Carlos, supongamos que tú y yo (porque sé que te encantan los viajes) nos encontramos juntos en la capital de Túnez sentados en una cafetería frente al famoso Museo del Bardo por ejemplo. Estamos (trasladados por la magia de la máquina del tiempo) a un año de la época de Habib Bourguiba (entre 1950 y 1987) y, como era muy acostumbrado en aquella época de liberalismo y socialismo europeísta en Túnez, nos encontramos sentados tomándonos un par de refrescantes cañas de cerveza Guiness (favorita en aquel entonces entre los árabes). Hablemos, pues, de la cerveza y el Islam…
La cerveza (que hoy está prohibida taxativamente por los fundamentalistas islámicos y señalo a conciencia lo de fundamentalistas por algo que explicaré más tarde) llegó al mundo árabe desde la antigüedad. La trajeron a estas tierras nada más y nada menos que los persas de Ciro II hacia el año 500 a. JC. Y la cerveza entonces era parte muy importante de la dieta alimenticia de los árabes, que la comercializaban con egipcios, iberos, griegos, romanos, fenicios y cartagineses. La cerveza formó, de esta manera, alimento importante de la conocida como Dieta Mediterránea.
En la Arabia premahometana eran muy célebres, famosos y prestigiosos, los poetas del vino y la cerveza que solían ser beduinos nómadas, pastores de camellos recorriendo las reverberantes estepas semidesérticas buscando oasis de agua para sus ganados y sus gentes. Estos poetas siempre se inspiraban en el vino y la cerveza para escribir sus preciosos cantos al amor de sus mujeres y las bellezas del paisaje de los oasis palmerales. Entre otros muchos poetas árabes bebedores de vino y cerveza podríamos citar a Imru, Tarafa, Zuhayr, Labid, Amru, Antara, Al Harib, Al Asa…. y todos ellos eran muy venerados por sus tribus. Se emborrachaban con vino y cerveza para inspirarse profundamente en sus poesías.
Fue la llegada de Mahoma la que se dice que trajo la prohibición de las bebidas alcohólicas para los musulmanes seguidores del Islam porque un día se enfureció contra un súbdito borracho que estaba mintiendo (declaró, según la leyenda, que el que bebe alcohol se emborracha, el que se emborracha hace acciones disparatadas, para ocultarlas miente y al mentir peca y debe ser castigado); pero en el Corán no existe de manera expresa ninguna ley que prohíba el alcohol entre los del Islam. Sólo recomienda prudencia en el beber (es más tarde cuándo algunos ayatolas islámicos, de carácter rígida y extremadamente fundamentalista, han prohibido taxativamente la bebida de alcohol y cerveza (aunque con la cerveza sin alcohol hay diversas interpretaciones contradictorias).
Cuando los árabes llegaron a la península ibérica y la conquistaron casi por completo (Al Andalus fue su foco principal) no bebían apenas alcohol ni cerveza (porque ya estaban influenciados por las lecturas interpretativas del Corán de Mahoma que decían que Alá prohibía el alcohol) pero en el año 1031 se produjo la hecatombe de la unidad de Al Andalus que se dividió en numeroso Reinos de Taifas. Estos Reinos de Taifas entraron en gran contacto con los diversos reinos cristianos de la península ibérica y las gentes árabes comenzaron a beber vino y cerveza como una más de sus costumbres sociales.
Es conocido que el poeta andalusí Al Mutamid (y otros muchos contemporáneos de él) alababan extraordinariamente al vino y a la cerveza en sus poesías y decían cosas tales como “Cerveza Tal prueba y aprueba” (que no necesita explicación porque lo dice todo).
Es muy conocido que los árabes, a través de los tiempos, son grandes aficionados al comer y entre sus más preciadas recetas culinarias se encuentra la de las llamadas “zafijas”: empanadas de carne picada que invariablemente, para el buen paladar, deben ir acompañadas de maní (cacahuete) y cerveza (baja en alcohol o sin alcohol si es posible). Las “zafijas” que se hacen con carne picada, cebolla, tomate y limón (hay quien le añade menta o pimiento morrón) debe ser siempre ingerida con cerveza y maní y se presenta en forma triangular con la parte de arriba descubierta. Hoy, en la ciudad de Córdoba hispana, se siguen preparando suculentas “zafijas” árabes acompañadas siempre de cerveza.
Otra costumbre gastronómica árabe a través del tiempo es un plato especial (no recuero su nombre) que también se consume acompañado de cerveza y maní y se basa en el pescado. Este plato es de origen persa iraní. Así mismo, es también famosa la bebida árabe llamada “mizr” (que es agua de cebada muy similar a la cerveza y que, por cierto, en los barrios castizos del Viejo Madrid, en los años 80 del pasado siglo XX, aún se vendía en una cantina situada muy cerca de la Plaza Mayor). Y, por último, es necesario citar también al “anziz” árabe, que es una cerveza elaborada del mijo (planta herbácea cuya semilla es utilizada en Europa como alimento de los animales domésticos y que forma parte de la dieta alimenticia de muchas tribus de África, entre ellas las árabes).
Lo que ocurre en el islamismo actual es que los más “ultra” de ellos (los fundamentalistas radicales) defensores de las “fatuas” de Jomeini, han declarado la prohibición total de las bebidas alcohólicas; aunque , en el caso de la cerveza hay controversias con las que no contienen alcohol o son de muy baja graduación. Por eso ahora que la serie norteamericana llamada “Los Simpson” ha llegado a la televisión árabe (con el nombre de Shamsoon) el consumo desaforado de Homero Simpson de cerveza ha sido sustituido por el consumo desmesurado de café turco por parte de este personaje de la serie.
Así que a la pregunta de que si el Islam prohíbe el consumo de cerveza yo contestaría que el Corán no lo prohíbe directamente sino que aconseja mucha moderación en su consumo y es por ello por lo que la cerveza sin alcohol se consume bastante entre los árabes islámicos. En este sentido hoy existen escritores y poetas egipcios, yemeníes, jordanos e incluso un marroquí llamado Yassin Adnan (nacido en 1970) que siguen cantando loores al vino y a la cerveza y que proclaman que, efectivamente, la leyenda negra de la cerveza ya ha muerto pues dicen los más expertos médicos que es buenísima, cuando se toma moderadamente (2 botellines como mucho al día) para dar fuerza al organismo humano y para evitar problemas tales como el colesterol.
Terminamos nuestra caña Guiness en Túnez y, plácidamente refrescados, nos dirigimos al Museo del Bardo de esta ciudad. Un abrazo, Carlos.
Me ha gustado mucho, no sólo por esta nueva perspectiva de la cerveza ¡en el mundo árabe!sino también por la múltiples referencias a la poesía árabe.
Conocía que la sociedad de Al-Andalus era más permisiva con el vino, pero no de la cerveza y otras bebidas alcohólicas en la historia del mundo árabe.
Muy enriquecedor.
¡Esa cerveza, a tu salud!