La lengua de los ojos (12)

Azul.

Azul cristalino.

Suave terciopelo azul.

Las olas son suaves como gatos y brillan sus ojos en medio de la noche de lenguas como lluvia.

Las gotas mojan la piel como mútiples lengüecitas hábiles que acarician ásperas y ávidas de piel.

La tormenta que les ha zambullido está poco a poco amainando.

– ¿Ana? ¿Estás ahí?

– ¿Alberto? No te veo.

– Ana, mi amor, ven conmigo, toma mi mano, sígueme.

Ana toma las manos de Alberto, se enlazan los dedos ansiosos de seguridad, se palpan, se abrazan, se vuelven a buscar las bocas, a lamerse hambrientas de encuentro, saboreándose tiernamente.

– Alberto no me dejes nunca.

– Nunca, Ana, nunca.

Ana y Alberto salen del agua hacia la playa.

En la calma de la noche de luna llena, la tormenta poco a poco se aleja. Alberto y Ana, que se habían perdido con la tormenta, una vez juntos, se disponen a buscar a sus amigos, que suponen preocupados por su ausencia. Poco pueden imaginar que sus amigos se hayan inmersos en medio del pánico tras una serie de acontecimientos extraños que les hacen suponer que ellos mismos, Ana y Alberto, han sido tragados por la tormenta, Laura ha sido asesinada y Gómez, el chofer-detective, fulminado por una estaca plateada.

Pero ¿quién sabe?, pues tras la tormenta, siempre viene la calma.

(Kiowa, es tu turno. ¡En guardia, mi estimado espadachín enmascarado! El guante está arrojado )

8 comentarios sobre “La lengua de los ojos (12)”

  1. Querido Sr. Thebestones: ¡Cómo se aprecia al romántico que hay en tí! Aún en un relato de crímenes espantosos, tú siempre encuentras hueco para el amor (o lo que quiera que sienta Alberto, del que no me fío ni un pelo).

    Estupendo fragmento, ahora, como dices, le toca a Kiowa.

    Un abrazo.

  2. A mí Alberto me cae bien, amiga Carlota… quizás no sea tan “liante” como parece… y la historia está requetebuena. Ahora le toca el turno a Kiowa… jejejeje… nada de emigrar a Suiza eh…

  3. Jajajaja, a tí te cae bien Alberto porque los hombres tenéis un espíritu de cuerpo increíble. ¿Tú crees que está bien que cuando están más enrollados, al principio, le diga a Ana que se tiene que casar con el tontorrón de Ricardo? Pero ¿eso qué es? Vamos, vamos.

  4. !!jajajajaja!!… Carlota… !cómo me has hecho reir!… pobres hombres… nos dejas como a trapos… jajajaja…. bueno bueno Carlota… lo que pasa es que algo debe estar sucediendo entre Alberto y Ana que se nos ha escapado de la vista. !Un abrazote amiga!. A ver cómo resuelven el conflicto los que vienen detrás. !Muy bueno tu humor para con los hombre!. !Y el tontorrón de Ricardo que dirá aq todo esto!. jejejeje

  5. Miau, ni hablar, de eso nada, no puedo poneros como a trapos a los hombres habiendo tantos estupendos en mi familia. Pero por observación directa durante bastantes años de trabajo he visto cómo os tapáis los unos a los otros. Tendría para escribir un relato largo. Puede que algún día escriba algo humorístico.
    Ricardo, definitivamente, un tontorrón, digas lo que digas.
    Jajajajaja.

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