Una vez una araña tejió una hermosa red en una vieja casa. La mantenía siempre limpia y reluciente para que las moscas le favoreciesen. Tan pronto recibía a una “clienta” limpiaba la red para que otra mosca no sospechara nada.
Un día llegó una mosca que se creía muy inteligente y zumbando se acercó a la telaraña La vieja araña la invitó:
– Entre y siéntese cómoda.
Pero la taimada mosca le respondió:
– No, gracias. No veo a otra mosca en tu casa y !sola no entro yo!.
Pero luego vio en el suelo a un gran número de moscas danzando sobre un pedazo de papel castaño. !Estaba encantada!. No tenía miedo si muchas moscas lo hacían. De manera que se aprestó al aterrizaje.
Instantes antes de pararse, una abeja zumbó por ahí y le dijo:
– !No aterrices ahí, tonta!. !Es papel atrapamoscas!.-
Pero la mosca que se creía muy inteligente le respondió:
– !Absurdo!. Esas moscas están bailando. Hay una gran multitud allí. Todas lo están haciendo. !Tantas moscas no pueden haberse equivocado!.
Bueno. El final ya os lo podéis suponer. Que murió allí mismo.