Y su sombra cayó al piso permaneciendo allí una cierta cantidad de segundos, sobre una colcha de algodón mojada mientras la araña, desde su ángulo oscuro, dibujaba una red de lo absoluto. Una copia de un hombre que se va pero deja el negativo de su imagen en esta su única vida descrita por el cronista de los dioses. Adioses. Cuando lo mejor ya ha pasado siempre queda alguna anécdota disparatada sobre la colcha de algodón mojada. O porque lo dio todo o porque no dio nada… el caso es que hay algunos que, aunque no salgan en la televisión, tienen cinco minutos de gloria en las telarañas de los famosos. Choque frontal. Una vida a medias. O el toque de un clarinete de jazz situado sobre el negativo de una fotografía de color sepia. En primera página los periódicos de hoy muestran un titular sorpendente: “Sobre una colcha de algodón mojada aparece un espejismo”. Todos están intentando interpretar la música de la araña.
Un comentario sobre “La música de la araña”
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Me encanta, desde el comienzo hasta el final esta musiquilla arañil. Tela, mucha tela…araña.