El temible 666 queda reducido a un 0 absoluto (o sea la Nada) con 10 simples operaciones matemáticas de carácter escolar infantil. He aquí la demostración: Tomamos el 666 y lo dividimos por 1 (el resultado sigue siendo 666). Tomamos el 666 y lo dividimos por 2 (el resultado es 333). Tomamos el 333 y lo dividimos por 3 (el resultado es 111). Tomamos el 111 y lo dividimos por 4 (el resutado es 27,7). Tomamos el 27,7 y lo dividimos por 5 (el resultado es 5,5). Tomamos el 5,5 y lo dividimos por 6 (el resultado es 0,9). Tomamos el 0,9 y lo dividimos por 7 (el resultado es 0,1). Tomamos el 0,1 y lo dividimos por 8 (el resultado sigue siendo 0,1). Tomamos el 0,1 y lo dividimos por 9 (el resultado sigue siendo 0,1). Y tomamos el 0,1 y lo dividimos por 10 (el resultado es 0,0). En definitiva, con 10 simples divisiones de carácter infantil escolar hacemos que el temible 666 quede reducido a la Nada más Absoluta. O sea que el temible 666 queda convertido en polvo.