“Cuénteme todo lo que vió”
“La copa estaba allí sola, serena y tranquila, no se tambaleaba. De pronto empezó a consumir una bebida alcohólica, pero ella seguía serena, así se mantenía.
Se empezó a escuchar una conversación estúpida y frívola. La copa seguía consumiendo alcóhol, no paraba.
A esa conversación se incorporaron rísas, tonterias y mofas. La copa seguía cada vez consumiendo más alcochol, se la veía atrapada, no podia escapar del lugar.
Aquellas conversaciones cada vez más descontroladas subían de tono. La copa ya había consumido casi una botella.
De pronto la copa recibió un zarandeo, fue a para al suelo, allí perdió su vida, quedó deshecha en pedazos, sufrió varias fracturas por varios lugares, ya no se podia hacer nada por ella, era lamentable su aspecto. Me apresuré y cogí una escoba, con mucho cuidado recogí sus restos…
Seguidamente salí a la puerta del restaurante y bajé un poco la persiana. Luego me aproximé al lugar de los hechos, donde la copa había estado en vida y dije:
“Es hora de cerrar”
“¿Y que pasó luego?”
“Los implicados en los hechos entraron en el local de enfrente.”
“Bien, gracias por relatar el suceso”.