En la mañana cuando nace el sol
si estás lleno de soledad…..piénsame,
Al morir el día en el crepúsculo
recuerda que alguien piensa en tí.
En la alborada, en el atardecer
te presiento oteando el horizonte
desde lo alto de la torre.
Sigilosa me muevo sin apenas ruido,
un pequeño soplo de aire lleva hasta tí
el mensaje de mis movimientos.
Nada me puede pasar,
tengo mi vigía personal.
En tu torre el tiempo se columpia oteante y estás tú siempre con tu cálida sonirsa. Muy bien presentado el poema.
Me gusta la sencillez del poema no exenta de hondura y profundidad anímicas.
Un poema muy completo en su sencillez, delicados eufemismos.
¡Qué suerte tener un vigia personal!
Un beso.