La veleta del campanario
gira de lado a lado…
hay un canario
en casa del vecino Diosdado.
Una abuelita sencilla
se asoma por la mirilla
para ver al forastero
que, cual un fiero cuatrero,
ha bajado del caballo.
El lacayo
de la señora marquesa
está poniendo la mesa
del Condestable don Cayo.
La veleta gira y gira
y va mostrando el camino
que sigue un pereegrino
buscando un punto de mira
religioso…
Un oso…
camina por la arboleda
de la cercana ladera
del monte. Va perezoso.
La veleta…
en lo alto de su atalaya
gira y gira mientras calla
el labrador somnoliento
que esta durmiendo contento
después de hacer la tala.
Gira y gira la veleta
de esta noria que es el mundo
y el teatrero Don Facundo
se apunta a esta fiesta.
Siesta.
Siesta de tardes mustias
mientras la Angustias
sueña con ver a su nieta.
La veleta
nunca se está parada
y da y da una vuelta
por cada viviente que anda.