No me refiero a ningún Jesús cualquiera sino a Jesucristo. Un total de 3 veces consecutivas (durante 3 años seguidos) he participado en la carrera de fondo “Últimas Noticias” de la ciudad de Quito (Ecuador) que resulta muy dura y exigente para cualquier atleta. Y las 3 veces he terminado la prueba y he llegado hasta la Meta en el Coliseum Atahualpa mientras muchos abandonaban la prueba totalmente exhaustos y faltos de energías. Pero lo más importante para mí no fue haber terminado la prueba, ni tampoco lo que hicieran los demás competidores, sino que en las 3 ocasiones lo hice con una camiseta blanca que llevaba grabada, a la altura de mi corazón, la frase titulada “Jesús Vive” para que el mundo entero se enterase de que no sólo soy un cristiano sino que soy un cristiano verdadero. Incluso muchos “hermanitos” de poca Fe me recomendaban que no llevara la frase “Jesús Vive” porque podría ser peligroso o contraproducente si fracasaba en el intento. Por supuesto que nunca les hice caso a los de la poca Fe, que nunca hago caso a los de la poca Fe y que nunca haré caso a los de la poca Fe. No me importa lo que hagan los demás cristianos sino lo que dijo Jesucristo: “Todo quien me confiese delante de los hombres yo también le confesaré delante de mi Padre que está en el Cielo”.
Soy un atleta tan cristiano verdadero que si me hubiese tocado vivir en el momento en que Jesucristo fue crucificado o me hubiesen sacrificado también a mí junto a Él o me hubiese cargado a toda la soldadesca de aquellos ruines romanos o incluso hubiese acabado con todo el Imperio Romano antes de consentir tal crimen; porque yo no soy como Pedro (que le negó tres veces antes de que cantara el gallo) sino que hubiese afirmado tres veces (o tres millones de veces si me hubiesen preguntado tres millones de veces) que yo era seguidor de Jesucristo lo mismo que hoy lo hago y lo mismo que lo hice en las 3 veces que corrí la “Últimas Noticias” de Quito. Lo digo por Fe y porque me conozco lo suficiente como para no haber abandonado nunca a Jesús como tampoco le abandono ni le abandonaré jamás. Son cosas del Espíritu Santo que mora en mi interior y a quien le moleste sólo es un problema suyo y no mío.
Las 3 veces que corrí la “Úlitima Noticas” (3 años seguidos que terminé llegando a la Meta) fui publicando, al mundo entero, que “Jesús Vive” pero en las próximas ocasiones en que participe en carreras de fondo o en senderismo (sea cual sea el lugar) seré todavía más contundente porque sobre mi corazón llevaré escrito en mi camiseta la frase “Jesús Vive y Hace Milagros”. Quien se moleste o enfade por ello no es problema mio sino de él. Repito que son cosas del Espíritu Santo que mora en mi interior.