En ocasiones el círculo de la vida se torna una larga recta sin final, donde no caben los tiempos ni las esperas, donde emerge la consciencia de que ésos son parámetros que establecemos para excusar la vida.
Ayer, sólo un tiempo atrás, la lucha por el equilibrio, hoy, el aprecio a las propias incongruencias. Antes, el vacío de decisiones y unos pies que caminaban a otros ritmos, ahora, claridad a borbotones y unas manos que acarician el propio cuerpo…
Por más vueltas que uno da, siempre parece volver, nunca al mismo punto del que partió.
Rodeados de filosofía del no, de cambio constante y ansioso, perezosos autómatas en una vida al parecer llena de obstáculos. Olvidado el valor del reposo, despreciado el reconocimiento de lo que no se ve, sólo miramos fuera. Estamos inundados de vida, la única que llena cuando no ocurre nada, está ahí, sin huecos, tantos recovecos… Qué importante es no alejarse de uno mismo en la vida, ni dejar que la vida se aleje de uno mismo.
Un círculo, una recta, una espiral, no todo fue lo que pareció ser…, quizás no todo fue o todo es.
No excusemos nuestra vida…
Un abrazo
!sensacional reflexión Noelia!. Un círculo, una recta, una espiral y yo añadiría quizás toda una hipérbole. Quizás no todo fue ni es… quizás todo al fin y al cabo será… en alguna ocasión del presente diario. Un abrazo Noelia
Muy bueno, Noelia… un abrazo.
Otra vez, me quito el sombrero, breve, concisa y sincera forma de expresar la bandera que muchos tratamos de alzar a diario y que a tantas horas olvidamos. Lo triste….las banderas caen agujereadas por la tempestad de la sociedad que nosotros mismos construimos, o eso creo. Que en el momento en el que te introduces en ella, llega un punto en el que de tantas vueltas que diste cuidando no alejarte demasiado del tramo circular del que partiste, no sabes realmente que figura dibujaste y solo queda seguir… o cambiar de figura geométrica.
Un abrazo….hablamos. chao¡