Vaya Madrid de los de antes. De aquellos de los dichos castizos y los piropos a la chavalas que corrían, despavoridas, ante nuestros rostros patibularios y facinerosos cuando, en realidad, todos éramos pacíficos pero nos gustaban de ver mujeres de verdad. Aquí estoy hoy, con mi sempiterno bolígrafo tomando anotaciones en mi diario de “ruta” por la calle Ave María y por el laberinto de calles que entrecruzan los sueños del pasado transformados en tacas donde pasábamos las horas meditando sobre cosas tan importantes como ¿qué es mejor la paloma o la gallina? (por aqeullo del Avecrem y la Gallina Blanca). Pero nosotros preferíamos a la aploma de la ventan de enfrente…
Los únicos caldos que nos apetecían eran los de tintorro… !que para caldos de Avecrem o Gallina Blanca no estaban nuestros cuerpos preparados!. Lo nuestro era la aploma de la ventana de enfrente y ver cuándo teníamosla oporunidad de poder cantar las cuarenta en copas en éste barrio madrileño del lavapiés de entonces, con un ojo puesto en el naipe y el otro en la ventana de enfrente.
mas esntre risas recuerdo aquello. En realidad pasábamos hambre pero bueno,lo combatiamos con un buen cocido madrileño de primero y un buen pisto de conejo de segundo. Algunos me preguntarán que es esto de pisto de conejo. Dejo sin despejar la incógnita porque muchos de los que deambulan hoy por aquí no saben nada de conejos. Mucho porte de “mamatrracho” pero “ni chicha ni limoná”. Sin embargo, en aquellos tiem pos, sabíamos “más de la cuenta”.
En definitiva, que el tiempo ha pasado y esto es hoy una locura. 1Antes si que sabíamos adentrarnos en la espesura de la noche espernado siempre a que la apaloma de la ventana de enfrente se asomara si Dios lo quería y luehgo… !pies para que os quiero!…. cuando aparecçía el señor de los bigotes (que era el padre) con la carabina en ristre. Y es que en aquellos tiempos todas las palomas tençian a su lado “sus carabinas”. Me preguntará más de un lector o lectora qué es eso de “las carabinas”. Me entra de nuevo la risa. Para aprender ciertas cosas o se han vivido o se han quedado sin vivir. Y si no9 hay “perras2 en el bolsillo todo lo demás es un puero “cuento2 representado en el Teatro de la Madera.
Yo ahora soy, hoy, como un Noé sobreviviendo con mi café con leche rodeado de “paisanos” y viendo pasar por las calles a los animales: peros, gatos y hasta neonazis vestidos de Hitler pero con menos valor que una mota de polvo.
En definitiva, repito, que en Lavapiés estamos ahora en el Año MMX que quizás quiera decir Mejores Madrileños Xilósofos (que esto de “xilósofo2 es una palabra nueva que me acabo de inventar y que os prometo que optro día os la definiré).
!Vaya lastre, Dios mío! !Vaya lastre de recuerdos me vienen a la memoria al pasar junto a la sidrería Lastra. y termino, como siempre, en El Calvario. Pero esta vez en el número 12 tras pasar por la escalera de Jacob. !Utopía!. !Utopía, si señores y señoras!. !Pero Utopía hecha realidad!. !Y Medea queda hecha polvo!. Que los mitos, mitos son, y hay que saber escapar de ellos por las calles de Lavapiés, La Cabeza y cualquier otra parte de nuestra anatomía física, pues se alargan hasta la mismísima Plaza de Tirso de Molina. Otro día seré más explícito. Hasta mañana.
Has vuelto al Madrid de tu juventud y te das cuenta de que nada es igual que antes….los recuerdos siguen estando pegados en las paredes, pero los nuevos grafittis los nublan. Solo están vivos en tu mente.
Un abrazo
De la vida solo quedan los recuerdos….Un beso Diesel 🙂