Te perdí aquella tarde cuando te vi partir. Te vi marchar bajo la sombra y supe que te perdí.
Parecías vestido de rencor y yo de harapos desolados y entonces te vi marchar y te perdí.
El otoño llegó como llegan las flores en Madrid y el invierno enfrío la ciudad y entonces supe que te perdí.
Nada era esperanza, tan solo huidas del miedo, y te vi marchar como marchan las palomas que regresan a su hogar.
Y te perdí.
Y bajo mi temple aguanto, bajo mi memoria espero y bajo mi llanto me escondo al saber,que si,que te perdí
Y los días continuaron y el tren llegó a París y tu, en mi nombre hablaste de mi y yo siquiera te oí… porque te perdí.