Ahora que se una parte de la verdad, te veo diferente y distante,
ya no reimos igual, no hacemos los mismos chistes, callamos más,
no por falta de palabras, sino porque a veces el silencio nos ayuda a repensar lo que sabemos.
Ahora que estás lejos, temporalmente, una y otra vez re pienso nuestra actitud
el último mes, y me pregunto tantas cosas que ahora no tienen respuestas.
Por momentos deseé con todo mi corazón que te fueras, para poder estar tranquila, ahora que te fuiste te extraño demasiado y a la final no se que quiero, ni que espero de ti.
Por momentos pienso que no sabes que ya sé la verdad, pero a ratos creo que si y por eso callas o callamos.
Cada día me da miedo perder los estribos y la tranquilidad que siempre me caracterizaron, a veces pienso en que ocultar las cosas desde un principio no ayudaron en nada.
Ahora que sé que estás bien y que prácticamente me he convertido en una amiga más de las muchas que tienes, me viene ese malestar de saber que hace dos años todo era distinto, que éramos inseperables y siempre necesitábamos el uno del otro.
Ahora ya no, eres tan libre como yo, te he enseñado a volar solo y lo haces, pero yo me he mal acostumbrado a ti, que siento que me hace falta tu presencia y tu silencio.
Como me cuesta pensar que todo cambia, que cada vez que crecemos no pensamos igual, que cada vez que nos sucede algo no somos los mismos, como cuesta imaginarnos distintos.
No estás y sé que tendrá que pasar toda esta semana para pensar diferente, porque no hace mucho te fuiste y siento la necesidad de seguir tus pasos a cada instante.
Pero ya no más, siento que he perdido mi norte por causa tuya, que he dedicado a guiarte y dejarme a un lado.
Ha llegado el momento de tomar mi brújula y buscar mi norte, que bueno que ya encontraste el tuyo, por un momento me siento libre.