Tengo un personaje que me arde dentro, se llama Lirio.
A veces le dejo salir por las calles de Madrid para que consuma todo su afán por hacerse vibrar entre la gente.
Es un payaso, no lo digo yo, es él quién lo dice… ¿o es ella? creo que no entiende de esas cosas.
El caso es que hace tiempo que pulula por mi interior; creyendo yo que formaba parte de mí descubrí que ¡no es así!, la realidad es que somos dos.
Para la gran mayoría de las personas esto conduciría a una situación insostenible: Incomprensión, conflictos de personalidad, medicación, rechazo social, depresión y al fin la muerte. Nos han educado para ser una sola persona y tiene que ser bien coherente consigo misma o al menos parecerlo, no esta bien visto ser de varias maneras al mismo tiempo.
Un buen día, no se cómo, descubrí su nombre, es algo mágico. Me dijeron que la magia es algo oculto que produce un efecto maravilloso y así fue, desde el momento que apareció lo hizo realmente con toda su alegría y aquel complejo de insatisfacción desapareció.
Ahora noto como a veces se mueve queriendo salir, cuando siente que es indispensable algo de humor, o cuando la fuerza flaquea. Entonces pienso en su nombre como si contuviera todo lo alegre que hay en la vida y ¡flop! de un salto hacia fuera aparece para dejarse llevar por la primera respuesta, pues dice que todo lo demás se contamina de dobles intenciones.
Aún no nos entendemos del todo bien, yo soy mucho más reflexivo y tímido, aunque estoy empezando a confiar en la intuición de Lirio, y no nos va mal.
Deseo, casi con inocencia, encontrar todo lo que nos depara este mundo y solo espero que el tiempo nos acompañe y favorezca una larga, divertida y profunda amistad.
¡Épa!