La bestia se inclina
y abre ante mí sus manos,
bolsillos en los que guarda
los últimos instantes de una vida.
Está sangrando, quiere que vea
la carne de sus llagas muertas
para que sufra yo también sus heridas,
repite una y otra vez sus palabras
como si fuese terrible letanía.
Lo que carece de vida no puede morir.
He dejado de creer que vendrá la calma
una vez superado el trance,
es por eso que debo tratar de huir,
pero es un sendero tortuoso
y camino entre tinieblas
tropezando en los sepulcros.
Lo comprendo demasiado tarde.
No me quedan fuerzas para seguir,
siento que me falta el aire
en este mundo de vivos,
y me siento morir…
pero no muero.
Ahora sé que todo fué un fin,
sin que hubiera nunca un principio.
2 comentarios sobre “Lo que carece de vida no puede morir”
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Simplemente brillante. Tu poema gótico y macabro envuelve al lector y lo transporta a un caos de locura y pesadilla que recuerda la genialidad de Edgar Allan Poe. Sin duda eres una gran poetisa. Desde aquí me declaro tu más sincero admirador.
Poema para profundizar en la síntesis de la existencia humana. Efectivamente, lo que carece de vida no puede morir… y es necesario saber qué es la vida y qué es la muerte. Muy profundo tu poema.