Nota inicial: Diesel y Sancho es la misma personal. O sea: yo, Diesel.
Como nota deportivo-humorística para el Vorem transcribo una de Roberto Palomar, del diario deportivo Marca, que escribe en su sección “No se me enfaden” y que, por lo mismo, pido permiso a los seguidores del Barcelona Club de Fútbol para que, por favor, no se enfaden ni con Roberto Palomar ni conmigo. Es sólo para dar un tinte humorístico a los contenidos del Vorem y he pensado que qué mejor manera que la de enfocar el problema que está atravesando el Barsa con la famosa frase de su jugador Edmilson. “Aquí hay ovejas negras”. Por favor no se me enfaden y toménlo como se debe tomar esto del fútbol. De guasa… Bueno, pues Roberto Palomar escribe lo siguiente en el Marca:
El Barsa parece un documental del National Geographic. Puyol tiene la melena de un león, Henry se mueve como una pantera, Valdés se estira como un gato, Messi corre y zigzaguea como una liebre, Ronaldinho está lento como una tortuga, Xavi teje una tela de araña con sus pases, Iniesta es un pequeño saltamontes, Oleguer dice que él no es un bicho raro y el remate final lo pone Edmilson cuando denuncia que en el vestuario hay ovejas negras. Por seguir con las referencias zoológicas, puede decirse que el Barsa actual se está convirtiendo en un cementerio de elefantes, que todo el mundo las pía, que es una jaula de grillos, que la manada está alborotada, que algunos de sus cracks están en peligro de extinción, que a Laporta se le revuelve el rebaño, que a Rijkaard le va a pillar el toro o que la vaca azulgrana ya no da más leche.
Lo que le faltaba al Barsa era que Edmilson se metiera a granjero y a pontificar sobre si las ovejas son blancas o negras. Sólo falta Luis Aragonés con su amigo el sexador de pollos. ¿A qué ovejas se refiere Edmilson?. ¿A la ovejita Etoo?. ¿A la oveja Ronaldinho?. ¿A la oveja Henry?. ¿Y no será que, más que ovejas, lo que pasa en el Barsa es que hay mucho gallo en el mismo corral?.
Bueno amigos del Vorem… si hay entre vosotros algún seguidor del Barsa no se lo tomen a mal. Es el momento circunstancial por el que atraviesa todo club. Y hay que tomárselo como broma “zoológica” nada más, eh..
Porque además, añado yo, hay una serie de “animalitos” de las barras bravas (y no precisamente de patatas bravas por cierto) que resultan indigestos hasta para el mejor comedor de “animales”…