¿Qué fue de Horacio Nelson, aquel vizconde y duque de Bronte , que llegó a ser almirante británico en la India y que participó en el bloqueo de Cádiz y en la bastalla del Cabo de San vicente?. ¿Qué fue de su conquista de Malta, de su victoria decisivs de Trafalgar cntra la unión de las flotas frncesas españolas?. !Que murió en tal batalla!.
¿Qué fue de Jeanne Antoinette Poisson, la marquesa de Pompadour favorita de Luis XIV de Francia y de su papel político tan importante qwue participó con filósofos, escritores y artistas más o menos degenerados?. !Que murió en Versalles!.
Dos claros ejemplos de hombres y mujeres que sólo creyeron en la vida terrenal y se pasaron todas sus vidas falsamente gozando y pasándoselo de cine con crisis continuas. Y es que ya lo dejó escrito Isaías en la Biblia: “De ceniza se aimenmtan, su corazón engañando les desvían , porque no parecen tener alma. ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?” (Idsaías 44:20).
En mi mano derecha tengo un bolígrafo “Fatzer Verlaf” precisamwente (Kalender Karsren Bilbänte para ser más exactos. Paalabrería. Palaberíaa nmda más como si de hilos de paja se tratrase. Como la vida de lord Nelson y la Ppompadour. El uno buscsndo gloria terrenal y las otra buscando gozo sexual fornicando con el rey de Francia. Los dos algo así como de “tersafina” que, según la Biblia cristiasna, eran imágenmes o ídolos de dioses domésticos. Eran el varón temerario y la concubina atrevida… pero los dos se quedaron conmvertidos en cenizas por mucho que estén en todas las grandes enciclopedias mundiales.
Los enciclopedistas franceses pasaron toda su vida siguiendo principios terrenales. Quisieron recoger toda la sabiduría humana haciendo una obra metódica pero solo recogiendo conocimientos humanos de los hombres ilustres. Denis Diderot, escritor y filósfo, se conmsideraba, a sí mismo, en un acto de egolatría total, el “filósofo” por excelencia. ¿Y qué fue de Diderot?. Cenizas. Sólo cenizas en un cementerio de París.Su pòlifacetismo le permitió crear las crítica de arte, novelas y “dramas burgueses”… pero la verdadera tragedia de este Diderot fue la verdadera tragedia de lord Nelson y la POmpadour: cenizas y sólo cemizas. No levantaron de su orgullo la cabeza para mirar al cielo y sus ojos no vieron a quien creó todas las cosas. Forjaron sus vidas en las ciencias, en las guerras y en las camas ajenas. Buscaron conocimientos solamenmte humanos y en el conocimiento solamenmte humano para olvidarse que las fuerzas de su grandeza cayeron estrepitosamente bajo el poder de
Dios. Y eso a pesar de que estén en todas las grandes enciclopedias del mundo.