En la mañana del día 11 de septiembre del año 2001 yo me encontraba impartiendo clase en el Colegio El Sauce de Cumbayá (Ecuador) cuando todos los alumnos y profesores dejamos nuestras tareas para ir a presenciar, por la televisión, la brutal agresión de Al Qaeda contra Nueva York y sus alrededores. Sangre, dolor y rabia. Lágrimas de sangre por los muertos. Lágrimas de dolor por los heridos. Lágrimas de rabia por los inválidos. Si la ignorancia, por ser producto de la estupidez humana, es atrevida… la necedad es la peor de las ignorancias.
Ya lo advirtió George Bush Jr. inmediatamente después de la brutal fechoría de animales disfrazados de humanos pero animales embrutecidos nada más: “Estados Unidos y el mundo de la Libertad occidental no lo olvidará jamás. Que no lo olviden tampoco Bin Laden y todos sus secuaces”. Efectivamente, mientras en el mundo de la libertad occiental se regaban lágrimas de sangre por los muertos, lágrimas de dolor por los heridos y lágrimas de rabia por los inválidos, en el mundo de Oriente Medio la necedad de muchos, dentro de su ignorancia, reía a mandíbula abierta y tal como abren los monos sus mandíbulas para expresar imbecilidad, con cantos y bailes en honor de Mahoma.
Dies años después Nueva York sigue viva, viendo, existiendo en todo su esplendor mientras que Bin Laden y la inmensa mayoría de sus compinches están criando malvas bajo tierra, están prisioneros de su maldad o están a punto de sucumbir. Y es que ante la amenaza de los fundamentalistas musulmanes de hacer que su falsa religión iba a ser la religión de todo Occidente (no existe mayor imbecilidad que esa) los inocentes no claman venganza (porque el Cristianismo verdadero no es partidario de ella) pero sí claman justicia. Lo hizo público Bush y lo comenzó a llevar a cabo. Los brutales ataques del fundamentalismo musulmán fueron el principio de su final.
Hace exactamente diez años los ignorantes creían que el Eje del Mal iba a triunfar sobre el eje del Bien… pero la Justicia de Dios responde siempre a la petición de los inocentes. Hoy en día casi todos los simiescos líderes del fundamentalismo islámico yacen muertos o están ya más muertos que vivos. Los inocentes no claman venganza pero sí claman justicia y, en nombre de esa Justicia de Dios, las armas de los “animales” se han convertido en boomerang contra ellos mismos. ¿Danzarán ahora los ignorantes del fundamentalismo musulmán?. No sólo no consiguieron sus propósitos de desanimar al Occidente Cristiano (a pesar de los siguentes ataques a Madrid, Londres y otros lugares representativos de la Cristiandad) sino que ya no se les ve ni reír ni bailar conmemorando sus matanzas. Ahora es tal su confusión mental que, a falta de sus simiescos líderes, se comportan como monos salvajes matándose los unos a los otros. Dios les ha confundido sus mentes porque los inocentes no claman venganza pero sí claman justicia y Dios es Justicia cuando los humanos se convierten en gorilas sin nada en el interior de sus cerebros sino la creencia de que unos cuantos “animales” van a dominar a toda una humanidad cristiana.
Este día todavía recuerdo las imágenes de Nueva York y sus lágrimas de sangre por los muertos, sus lágrimas de dolor por los heridos y sus lágrimas de rabia por los inválidos. Pero Dios sigue estando presente y sigue derribando causas animalísticas y quienes ayer reían hoy lloran de impotencia mientras los que ayer llorábamos hoy sonreímos a la existencia.
Mira Diesel, concuerdo con cada palabra que dices, los inocentes no buscan venganza, sino justicia, es estúpido que existan hombres que usen una religión como excusa para tomar vidas, si existe un dogma usado para tomar vidas ajenas, entonces no es religión, la religión se fundamenta en amar, y el amor es cuidar a todos como a nosotros mismos. Lo problemático de estas guerras son los niños, mujeres y civiles, que aunque nada tengan qu ver, son juzgados por otros o hasta incluso mueren, como un daño colateral de la estupidez de muchos. Saludos
Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario, Hacaria. Y creo en el futuro como un futuro de Amor en la mayoría de la población mundial… aunque siempre haya gentes (que no personas) que tengan el odio como su única bandera de ir por la vida. Al final el Eje del Bien triunfa.