Escribo desde la perspectiva particular de alguien que se crió, creció y maduró en la capital de España (Madrid-Madrid). Madrid es, como todos sabemos, una ciudad cosmopolita y yo diría incluso que, bajo mi perspectiva simplemente personal, es la ciudad más cosmopolita que he conocido. En Madrid, en la Gran Ciudad de Madrid-Madrid donde tantos millones de seres humanos pululan y viven aquí, puedo decir (con total certeza) que existen múltiples “madriles” dentro de ella. Porque Madrid no es una ciudad “unipopular” cerrada en sí misma sin contar los pueblos y zonas cercanos que se han ido añadiendo posteriormente. Se pueden encontrar “madrileños” muy diferentes, tan diferentes como son las zonas geográficas de Madrid. Esta “pluralidad de madriles” hace que Madrid-Madrid tenga una identidad muy singular: un conglomerado variopinto que la identifica y la hace inolvidable para quienes vivimos en ella.
Cito, a continuación, un listado de personas de la Editorial Anaya que han creado el libro titulado “España de punta a punta”, editado en marzo de 2008, cuyos autores y colaboradores son: Rafael Arjona, Luis Azpilicueta, Juan Antonio Calabuig, Jesús de Castro, Agustín Cerezales, José Ángel Cilleruelo, José María Domench, Rubén Duro, María Auxiliadora Garrido, Fernando de Giles, Santiago Llorente, José Ramón Marcuello, José Luis Morales, Antón Pombo, Alfonso J. Ramos, Miguel Rayó y Eduardo Viñuelas, con la Coordinación Editorial de Alfredo J. Ramos y Mercedes Canto, y un equipo de Redacción formado por Luis Azpilicueta, José María Domench, Rubén Duro, Santiago Llorente y Alfonso J. Ramos; siendo su editora Isabel Jiménez Barrera con el apoyo de la Cartografía de ANAYA Touring Club, la Coordinación Técnica de Mercedes San Ildefonso, el Equipo Técnico de Michi Cabrerizo, J. Braulio Señas y Jesús García y la Actualización de la Información Práctica de Toñi Riera. A todos ellos y ellas les debo dar las gracias porque su libro histórico y geográfico ha servido de base importante para la creación de mi libro (ya terminado en borrador) que he titulado “Anécdotas Españolas” basadas en mi propia vida.
Empiezo, por ejemplo, por citar a los madrileños norteños. Son una clase de gentes que viven alrededor de la Plaza de Castilla, la Estación de Chamartín y calles adyacentes y los podemos llamar “chamartinescos”. Son de clase media, especialistas en trabajos más o menos burocráticos. Poseen un estilo de vida entrre franquista y clásico, predominando las familias de pequeño número de miembros ya que viven en departamentos no muy grandes que conforman un núcleo de vecinos “asépticos” por lo general muy poco comunicativos entre sí.
Un poco más abajo se encuentran los de El Paseo de la Castellana (zona norte), el Estadio Santiago Bernavbeu del Real Madrid, la Plaza de Cuzco y las calles Príncipe de Vergara como símbolos más dominantes de esta clase adinerada de Madrid capital. Son personas que viven con bastante lujo (aunque no excesivo), son los madrileños “nuevos ricos” (quiero decir que no son los “millonarios de toda la vida”) y por eso su ideología es más bien de derechas. Entre ellos hay que distinguir a los que son llamados “fachas” (conservadroes con nostalgias franquistas) y los que son los llamados “in” (que es una población de derechas moderadas). Tienen por costumbre ir a los pubs. Son, curiosamente, los que se llaman “españoles” pero tienen todos sus comercios escritos, al igual que pasa con los de la calle Serrano (que analizaremos más tarde) en inglés o francés como, por ejemplo (y son nombres inventados que sirven como ejemplo), “Disco O’Clock”, “Boutique Dimanche”, “County Club”, “Shoes White and Black” y muchos etcéteras más. Su vida es ir, siemrpe que pueden, en automóvil propio y no conocen apenas lo que es ir en metro aunque algunas veces usan el autobús. No conocen a penas lo que es la vida de quienes pasan hambre y frío por las calles. Con este tipo de madrileños “vergaristas” se puede contar más bien poco a la hora de realizar trabajos comunitarios. Son muy individualistas y no se compromenten con los ideales altruístas pues, como muchos catalanes, “solo son buenos cuando la bolsa suena”.
Muy cerca de ellos están los del Centro Azca, los Nuevos Ministerios. El Museo de Cera, el Museo Geominero y el Museo de Ciencias Natrarles donde viven tipos de bastante cultura, economía más bien alta y de buenas conductas por lo general. A veces van con cohe propio y otras veces en autobús. Muy pocas veces en metro. Estas personas pueden ser consideradas como “centristas” y si pecan de algo es de ser un poco ególatras. Debido a la zona en que viven y al tipo de calles de la zona, tienen un alto nivel cultural porque están cerca de museos. Hay dos tipos de personas en esta zona de “madrileños”: los generosos y los no generosos. Los generosos no es que sean extremadamente dadivoios pero sí colaboran de vez en cuando en las labores de solidaridad con los más necesitados (son centristas y algunos de ellos de izquierda moderada). Los otros, los no generosos, son los antiguos militantes de Tierno Galván y se han pasado de la izquierda moderada al PP. Muy poco generosos con los demás se miran amucho a sí mismos y se despreocupan de mirar a los demás. Son, por lo tanto, dos “culturas” diferentes en la misma zona. Los “cultos” positivos y los “cultos” negativos. Y pongo entrecomillada la palabra “cultos” poruqe su cultura se limita bastante a museos y exposiciones artísticas pero leen pocos libros y escriben menos que leen. Algunas veces van a las hemerotecas.
Desviemos ahora la visión haci el NO. Nos encontramos con los de la Zona de la Dehesa de la Villa. Muy poblada por los llamdos “verdes” defensores de la Naturaleza. Su ideología es de iZquierda (votan a Los Verdes y a Los Nuevos Verdes y a otros partidos Verdes de los muchos que hay). No son exactamente socilistas ni comunistas ni anarquistas, sino solamente izquierdistas “ecologistas” que defienden, algunas veces, ideas tan contradictorias como defender a ultranza la naturaleza animal pero no defender nunca la naturaleza humana. Estos madrileños contradictorios son del tipo de “echemos la bronca por una simple poda de árboles pero hagamos aborto a mogollón”. Descienden de los antiguos hippis. Son unos izquierdistas que proclaman la defensa de la vida animal pero no tienen escrúpulo alguno en matar la vida humana (entiéndase que son proabortistas). Les importa mucho defender su propio “pulmón” de la Dehesa de la Villa (pues son muy ególatras) pero jamás intervienen en la defensa de las demás zonas de Madrid-Madrid. Los considero fariseos. No se puede uno fiar mucho de ellos porque suelen traicionar a la hora de la verdad. Con una “dialéctica” ecologista imprimen , de vez en cuando, revistas muy panfletarias en defensa de la Naturaleza pero nunca jamás critican los genocidios humanos. Algunos hasta se apuntan a formar parte de Grean Peace para aparentar que son comunitarios pero suelen vivir en comunas donde las familias no son familias sino hombres y mujeres apiñados que se intercambian las parejas entre sí. Son los que continuamente acuden al psiquiatrta por sus trastornos mentales y cuyos hijos terminan dedicándose a la droga, el botellón y otros vicios debido a que son partidarios de “la muerte de la familia”. !Y eso que se denominan ecologistas!. Atacan a la Fiesta Nacional (entiéndase la fiesta de los toros) pero ni tienen idea de lo que es la Fiesta Nacional ni saben nada de los toros y, por otro lado, ellos se comen toda clase de carne animal que encuentran en los supermercados sin preguntar si han sufrido o no han sufrido antes de morir. Por eso los considero quizás de los más “judas” de Madrid-Madrid. Escriben revistas como “El Ecologista” para recaudar fondos no para entregarlos a ONGS con ideas sociales sino para pagarse sus lujosos viajes a las islas de la Balears, por ejemplo, y hasta, si han logrado buenas ventas, viajar hasta las playas de Cancún o las )Islas del Pacífico. Me caen muy mal. Capaces de salir a las calles con magáfonos incitando a la defensa de los bosques, por ejemplo, sin embargo bien que fuman y tiran las colillas al suelo de las demás zonas de Madrid-Madrid. Pero !eso si! que nadie tire una colilla en su Dehesa de la Villa. Los podemos llamar madrileños “judas”.
Por el lado del NE tenemos a los de la Avenida de la Paz, la calle Pío XII y Pinar del Rey. Son personas sin ideologia concreta. Clase media-media. A veces votan al PSOE y a veces votan al PP. No tienen definición muy concreta ni propia y es difícil poder castalogarlos y calificarlos porque son muy individulistas. Son los que podemos denominar madrileños “indefinidos” y siempre están, como dice el dicho popular, “entre Pinto y Valdemoro” porque, al igual que los “clásicos” gallegos cuando te los encuentras en una escalera no sabes si están bajando o subiendo. Bastantes de ellos trabajan por el día en empresas industriales y Bancos, así como en diversos hospitales. Sin llegar a ser grandes empresarios hay aquí algunos que forman PYME (Pequeñas y Medianas Empresas). Esto hace que, a la hora de la verdad, son madrileños “de plástico”, flexibles a los cambios ideológicos que defienden según “sople el viento” y de manera meramente temporal. Sin muchas necesidades económicas pero también con muy pocas aspiraciones. Se les puede denominar “pequeñoburgueses” que se comportan como tales. En eso sí son concretos.
Otra zona muy significativa es la corrrespondiente a la Avenida de América, calle Cartagena, Prosperidad o Parque de las Avenidas, por ejemplo. Son los madrileños que se puedeen denominar “cómodos”. No se compromenten con nadie y viven más bien en edificios de apartamemtoos más o menos elegantes. Muchos de ellos jamás acuden a las urans para votar. Podríamos denominarlos como “tontos útiles” porque al no votar apoyan al partido que más fuerza tenga en cada momento. No es que lo hagan con plena conciencia sin que es su manera de ser. Incansables consumistas. Están alienados por el Consumismo Capitalista. Son consumistas por naturaleza y por adicción.. Les gusta tanto el consumo que muchas veces tienen que pedir hipotecas, créditos y préstamos que, en bastantes ocasiones, debido a su excesivo consumismo, no pueden pagar y se encuentran en un “callejón sin salida”… por los que sufren muchas crisis y están siempre pendientes de la Bolsa pues les encanta comprar pequeños lotes de acciones. No son grandes accionistas sino minúsculos accionistas pero eso les encanta un montón. Acuden a los “corrillos” bursátiles para ver si algún entendido en Bolsa les aconseja qué tienen que comprar o qué tienen que vender. Por eso suelen perder muy pronto sus pocas acciones que ellos idolatran como si fuesen diosas. Además, como parte de su ocio, les gusta mucho acudir a los “puticlubs” (barras amrericanas).
Una zona muy curiosa y castiza de madrileños es la de La Plaza de Toros de Las Ventas, Metro El Carmen, Barrio de la Concepción y Plaza de Manuel Becerra. Esta clase de madrileños son bastante graciosos. Son los que normalmente gustan de contar chistes más o menos verdes en las cafeterías. Defensores a ultraza de la Fiesta Nacional de los Toros y suelen votar a atípicos partidos políticos minoritarios como el Partido Humanista y es que son bastantes tendentes a los sentimientos humanitarios. A mí, particularmente, me cane bastante bien. A veces hay que tener cuidado con unos pequeños grupos de ellos que son pillastres y pequeños “chorizos” y por eso hay que llevar las billeteras bien custodiadas. No poseen escrúpulos ni tienen prejuicios sobre las mujeres. Socialmente abiertos y comunicativos. Defienden a la unidad familiar y cuidan de los abuelos. Simpáticos por naturaleza suelen tener ideas altruistas aunque no sean demasiado cultos. Son muy criticados por los hipócritas “antitaurinos” que, en realidad, sienten envidia de ellos.
LOs madrileños de Diego de León, Francisco Silvela, Lista y Goya (incluido el cine-teatro Alcalá y el Palacio de los Deportes de Madrid), son muy heterogéneos. Forman grupos de madrileños de todos los colores políticos y de todas las ideologías habidas y por haber. Suelen discutir basstante enm las cervecerías (son más de la cerveza que del vino) pero guardando los modales. Pululan mucho por El Corte Inglés buscando Ocasiones y Rebajas porque saben equilibrar sus presupuestos económicos para llegar al final de mes. Y también son adictos a los Supermercados. No visitan casi nunc alas tiendas pequeñas. Culturalmente se les puede calificar de “tibios” porque no son demasiado lectores de buena literatura aunque les “pirran” los clásicos “best-sellers” norteamericanos. Les gustan los deportes (muchas variedades de deportes) y por eso son los que más MARCA y AS leen en Madrid-Madrid. El deporte les gusta más como espectadores que llevarlos a la práctica y por eso son tirando a gorditos. Políticamente fueron centristas y ahora están divididos entre el PSOE y el PP aunque los del PSOE son mayoría.
En el este de Madrid hay otra zona de madrileños que son los que viven en Rubén Darío, Núñez de Balboa, Museo Sorolla. Museo Lázaro Galdiano y Alonso Cano. Empiezo por decir que les gusta mucho ir a acicalarse a las peluquerías y a hacerse las manicuras. Esto no es señal de homosexualidad sino de que cuidan mucho su apariencia física. Son criticados por ello pero no viven acomplejados. Estos madrileñós sí son cultos y gente de alta clase social. No son los más millonarios de Madrid.Madrid pero tienen suiculentas cuentas bancarias en los “clásicos” como Santander, BBVA y Banesto. Guardansus ahorros en Bancos “fuertes” porque creen que así los `preservan mejor de los altibajos económicos y las crisis aunque sea a costo de pagar fuertes comisiones y corretajes por la custodia de sus ahorros. Polírticamente son derechas sin más. No se determiann exactamente por un partido u otro pero no son extremistas. Forman parte de las mayorías porque, a la hora de la vcerdad y a pesar de su buen nivel cultural, no son partidarios de largos debates (si cansan pronto de escuchar) y se limitan a decir sí a lo que dice la mayoría para no complicarse la vida, aunque esto hace que no tengan una personalidad individual muy elevada (lo cual es una paradoja teniendo en cuenta de que sí son cultos). A pesar d esu cultura suelen comprometerse muy poco con las causas sociales. No acuden a las manifestacioens (prefieren ver “los toros desde la barrera” valga el símil) y también sufren de otra paradoja curiosa: no tienen muchas conciencia de clase por lo que suelen ser, llegados al caso extremo, chaqueteros. Leen mucho a Cervantes y Quervedo por ejemplo (de ahçi que tengan buena culetura) pero nos les pidan que sepan de Juan Marsé, los Goytisolo o Mercedes Salisach porque hasta ahí no llegan salvo algunos muy pocos casos.
(Continuará en el Capítulo 2).