!Cuántas cosas, cuántos hechos, cuántos sucesos desfilan por delante de nuestros ojos cada día!. Infinidad. Queremos atrapar a todo ello pero sólo podemos atesorar una minúscula porción diaria; esa porción minúscula que formará, con otras minúsculas porciones de otros días y otras semanas, parte sintética de nuestra memoria. No recordaremos todo lo que vemos ni todo lo que vivimos segundo tras segundo diariamente. Eso es sencillamente imposible. Sólo queda en nuestra mente aquello que, en verdad, nos impactó profundamente. Al final de nuestra existencia, por lo tanto, sólo somos un fragmento muy pequeño de todo lo que hemos sido y exsperimentado en el transcurso de nuestra vida.
Y es lógico. Porque si pudiésemos rememorar todos los segundos vividos durante un día (uno tras otro en cadena sucesiva) sería materialmente imposible vivir hacia el futuro (vivir hacia delante) y nos quedaríamos todos varados en la vivencia del primer día que tuvimos plena conciencia de nuestra existencia. El resto de nuestra vida lo pasaríamos totalmente ocupada en recordar y rememorar las 24 horas completas de ese nuestro primer día de plena conciencia. Sólo viviríamos un día de existencia nada más… un día repetido infinitamente. Y pasaríamos toda nuestra existencia sin ninguna clase de evolucíón, ocupados siempre en recordar las 24 horas completas del primer día.
Pero no. De ser así la existencia humana sería un completo absurdo. Es más, no existiría la humanidad. La existencia humana no hubiera sido posible. Habría muerto con Adán y Eva. Porque recordar todo lo que nos ocurrió durante un día, segundo tras segundo, y vivir repitiendo constantmente esos recuerdos haría imposible que el hombre y la mujer viviesen más de un día. Y por supuesto no habría habido ocasión de reproducirse la especie.
La mente tiene una capacidad infinita para recordar pero el día sólo tiene 24 horas y hay que vivirlas llenándolas de nuevas experiencias cada día. Nuevos datos continuos para nuestra memoria. Por eso ésta es extremadamente selectiva y selecciona lo más significativo de lo que nos ocurre cada dia a lo largo de nuestras vidas. Lo demás lo deja acumulado como recuerdos no conscientes y, a veces, algunos de ellos afloran repentinamente en nuestra mente y la memoria nos los hace recordar.
Si todos los seres humanos tuviéwsemos la obligación de escribir nuestras memorias al final de nuestra vida pero sólo en un libro de 1.000 páginas, billones y billones de sucesos no significativos quedarían fuera de ellas. El libro de cada uno de nosotros (nuestra memoria escrita) recogería solo una minúscula porción de lo que hemos vivido. Y así es en realidad. Queda sólo lo que nos impactó y vivimos con mayor intensidad que el resto de vivencias.
Así funciona la mente humana. Si no fuese así la vida humana no existiría.
Imposible sería poder escribir en un libro cada minuto vivido de nuestras vidas , se necesitaría una vida entera para leerlo .
Me ha gustado como has descrito lo que en realidad recordamos de todo lo vivido.
Un abrazo amigo disel
Repasar recuerdos y vivencias es muy interesante, pues somos cambio constante y un mismo recuerdo, escrito dos veces con un intervalo de años, puede siendo lo mismo cambiar su esencia, pues la percepción, va cambiando con el tiempo, estado de animo y aveces te parece que en vez de recordar, te has inventado un suceso de tan increible que puede parecer, hoy precisamente viendo con joaqui en la tele aveiro en el algarbe nos acordamos de entrar en un bingo sin saber portugues y ganar todos los bingos de la noche, hecho imposible pero cierto, hasta los camareros nos avisaban, pues sin conocer el idioma se nos pasaban numeros, que posibilidades hay de algo semejante, pues es cierto aunque increible, besos.