Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid…
Carmen se encuentra escuchando, junto a todos sus compañeros y compañeras de aula, una conferencia académica que está efectuando, en el Salón de Actos, el Director General del Centro Nacional de Inteligencia de Madrid. Escucha con gran atención y sin hacer ni tan siquiera el mínimo caso a Alberto Carnero Cabrito, que está intentando llamar su atención.
– Estimados y estimadas periodistas del futuro. Es muy posible que en estas aulas debió, alguna vez, estudiar alguien que, de manera anónima, fuez capaz de construir su propio mundo construyendo ideas surgidas del interior de su alma.
Al preguntarme qué es el alma de un comunicador social he llegado a encontrar numerosas y diversas definiciones. Hoy yo os digo a todos vosotros y a todas vosotras, sin excepción alguna, que es muy posible que nadie os diéseis cuenta de ello; pero alguien entre los estudiantes de estas aulas, y que ya no será jamás compañero de ninguno de vosotros ni de ninguna de vosotras, estuvo muchas veces, muchas veces repito para vergüenza de todos vosotros y de todas vosotras, en la más completa soledad, sólo en el aula esperando a alguno de todos vosotros y de vosotras. Pero debió hacerlo porque era lo suficientemente consciente de que su obligación como representante estudiantil de todos vosotros y de todas vosotras, y como futuro comunicador social, era anteponer la ideas que surgían del interior de su alma a los caprichos y deseos de quienes creéis en las ideologías políticas y sindicales que queríais imponer a sus sentimientos. Alguien, sin darse cuenta ninguno de todos vosotros y todas vosotras, que sois bastante ignorantes por cierto, quizás supo demostrar que, aun en la más completa soledad, mientras los demás os equivocábais perdiendo el tiempo con las obsoletas ideologías, él quedaba horas enteras dentro del aula, soñando… quizás soñando nada más… pero quizás también estuviese creando su propio mundo; ese mundo dónde no existen fronteras para el corazón. Posiblemente todos ustedes, señoritos y señoritas de lujosos salones del glamur, discotecas chic para gente guapa, restaurantes de cinco tenedores y con apariencias de personajes interesantes nada más, crean que lo que hace él es una locura, pero yo he aprendido que la verdadera locura es eso que todos y todas ustedes, niños pijos y niñas de mamá, llamáis normalidad. Yo me estoy preguntando últimamente ¿qué es la normalidad? Me parece que hay muchos de ustedes que se creen que la normalidad es lo que les hacen pensar, limitando todas vuestras libertades, sus líderes ideológicos, sin daros cuenta de que lo que predican sus líderes ideológicos es una tela de araña donde todos ustedes quedan atrapados y atrapadas, porque les limitan a pensar, hablar y escribir lo que sus líderes ideológicos desean. ¿Son todos ustedes libres? ¿Están todos ustedes liberados? Es muy posible que alguien que estudió en estas mismas aulas, y que quizás vuelva o no vuelva según se lo que Dios decida, supo demostrar por sí mismo que su manera de pensar, de ser y de actuar, es la mejor manera de demostrar la verdad de uno mismo o de una misma; que no hay mayor liberación que la de no seguir, como carneros y carneras, las imposiciones de unos líderes ideológicos que sólo desean imponerles su propia voluntad y que les utilizan a todos ustedes, que tanto se las dan de inteligentes, como tontos útiles. Es muy posible que él os demostró que ser libre no es posible serlo nunca, pero que hay algo muchísimo más importante y que se llama estar liberado. Ustedes pueden creer o no pueden creer en un Dios Superior pero quizás ese joven que estudió en estas aulas, que quizás vuelva a ellas o no vuelva a ellas, ha decidido no ser más veces compañero de todos ustedes y que no le importa que ustedes crean o no crean en un Dios Superior porque él supo la Verdad de ese Ser Superior llamado Jesucristo y por eso ya no quiere saber nada de ideologías políticas y sindicales, totalmente obsoletas, sino solamente de ideas. Ustedes creen que existe algo superior a todo eso, algo a lo que ustedes llaman voluntad pero yo les pregunto también a todos ustedes ¿qué clase de voluntad es esa que les obliga a pensar, hablar y escribir solamente opinando desde las ideologías que les imponen quienes les manejan como simples y simplonas marionetas? Es muy posible que él es un joven que estudió en estas aulas, y que quizás vuelva o no vuelva a esta Facultad, porque sus ideas liberadoras despertaron miles de envidias. Esa manera de alcanzar la liberación es la verdadera función que debe cumplir un comunicador social. Pensar, hablar y escribir hasta ser capaces de crear ideas nuevas. ¿Se pueden crear ideas nuevas en esta clase de sociedad en que vivimos? De lo que yo estoy seguro es que siguiendo ciegamente las ideologías que tanto les imponen a todos ustedes, no se pueden crear ideas nuevas que no les agraden a sus líderes ideológicos. Es muy posible que, para crear ideas nuevas tal como lo hace ese joven, es necesario no solamente ser culto sino, también, autónomo e independiente; lo suficientemente culto, autónomo e independiente como para hacer caso únicamente a su conciencia y, quizás por eso, alguna que otra vez, todos ustedes le dejaron solo con sus propios sueños nada más, sentado, en completa soledad, en alguna de estas sillas de estas aulas y sin importarle, en absoluto, que ustedes, que fueron alguna vez sus compañeros y compañeras de aula, estaban o no estaban sentados junto a él. A ese joven no le importa, nada en absoluto, si los profesores o las profesoras estaban o no estaban dando clases en el aula como es su obligación profesional; porque él decidió cumplir con la obligación ética y moral que todos ustedes deberían conocer antes de estar aquí, perdiendo el tiempo escuchándome a mí en lugar de escuchar a sus propias conciencias como siempre hace él. Quizás muchos de ustedes no sepan nunca lo que es tener suficiente conciencia ética y moral como para liberarse de imposiciones ajenas a sus propios sueños. Él no. Él sabe que todavía está viviendo su Gran Sueño si es que no ha muerto en el empeño justo y voluntario para vivirlo. ¿Cuál puede ser el Gran Sueño de un joven que no sabe nada de este mundo absurdo y ajeno a su propio mundo? Bastantes de ustedes están ya trabajando, aunque todavía son estudiantes, porque están enchufados y porque altos cargos de los medios de comunicacion de masas les han comprado hasta sus almas y por eso están trabaajndo mucho antes de terminar la carrera de periodistas. ¡Allá usteds si han vendido su alma! Él no. Él sabe que todavía está viviendo su Gran Sueño y que es un estudiante ejemplar y será un profesional ejemplar cuando termine los estudios si es que está vivo todavía. Posiblemente sólo sea un chaval que ama sin rendija alguna a su única chavala; pero mucho más allá de estas aulas queda girando en mi pensamiento algo que una vez escribió él mismo y me lo regaló a mí personalmente cuando le introduje en el CNI. Aquí tengo la hoja escrita por él. Dice así: “No comprenderemos hoy bien cómo se ha podido llegar a tan alta anulación de la personalidad de los seres humanos. Esto se preguntan muchos hombres y mujeres de la Tierra. En su tremendo despiste existencial llegan incluso a afirmar que esto es el Fin del Mundo. Es la tremenda ignorancia que tanto anida en las mentes de quienes se consideran los líderes políticos, económicos, sociales, educativos, religiosos, militares y familiares, de una manera prepotente y despótica. Es por eso por lo que yo vuelvo a repetir, una vez más, que aunque fui un luchador en las calles a favor de la Democracia y de la Libertad en España y en todos sus aspecto, declaro también, una vez más, que la Democracia no es para mí el mejor sistema político cuando los Partidos imponen sus ideologías, basado su poder en los votos de la mayoría, porque esas mayorías están totalmente confundidas y alienadas. De esos casos, que suceden muy a menudo y que han dado origen a muchas leyes aberrantes y antinaturales, me aparto toralmente porque antepongo la Autonomía de Jesucristo a la Democracia y a la Dictadura, o como quiera que lo llamen los poderosos que se mueven sólo a traves de los intereses personales o grupales. Y no me duelen prendas decirlo; porque Dios no es deudor de nadie. Si la mayoría absoluta y democrática está equivocada, lo cual es lo mismo que hace la Dictadura, yo, desde luego, no tengo ningún complejo en denominarme antidemócrata y lo hago solamente en estos casos en que la mayoría se equivoca vergonzosamente apoyando leyes aberrantes y antinaturales, y me declaro seguidor de la Teocracia de Dios a través del Camino de Jesucristo. Reflexiono. Si por culpa de decir mi Verdad, que es la Verdad de Jesucristo, me llegan a llamar hasta dictador, como lo han hecho algunos de esos que se emborrachan para darse suficiente valor para decírmelo porque si no están borrachos no tienen valor alguno y cuando se emborrachan siguen sin tener valor alguno porque borrachos o no borrachos son impotentes nada más, no me importa en absoluto; porque quienes me conocen, y sólo quienes me conocen bien lo saben, son testigos reales de que siempre fui un opositor a toda clase de Dictadura sea de derechas, sea de izquieras, sea de centristas, o sea de cualquier ideología que sea. Porque jamás he sido ideólogo aunque siempre he sido democrático pero ideálogo, que es una palabra que no viene en nigún diccionario pero que significa ideas liberadas o, en otras palabras, lo que Jesucristo dice en la Sagrada Biblia Cristiana. A quienes me entienden se lo agradezco porque son de los que saben entenderme. A quienes no me entienden, simplemente les digo que tengo mi propia liberación personal, que la comparto con la única chavala de mi Gran Sueño, y que no voy a renunciar jamás a Ella a pesar de que no mo entiendan o no quieran entenderme porque no les interesa entenderme… porque hay muchos que saben oír pero no les interesa escuchar ciertas cosas.. y porque hay muhhos que saen leer pero no les conviene leer ciertas cosas… y hasta hay muchos que saben sentir pero les interesa no saber sentir… puesto que no les interesa dejar de ser egoístas y antisociales que fagotizan a los seres humanos. Nada más. Mañana será otro día si Dios quiere” y yo les digo que quizás hoy sea el dia en que muchos de vosotros y vosotras me hayáis sabido oír, me habéis sabido lo que os hablo y hasta podeis haber sentido lo que os he contado.
El Director General del CNI da por terminada su conferencia y ofrece unos minutos para preguntas, pero nadie es capaz de preguntar nada salvo Carmen Vergara Ordóñez
– ¿Y qué pasaría, señor, si ya estuviese muerto?
– Si ya estuviese muerto es probable que hayamos perdido todos el alma.
– Pues yo creo que es hora de pensar cómo podemos recuperarlas.
– ¿Es que afirma usted que ha muerto?
– Es que afirmo que yo estoy muriendo desde que se marchó.
– ¿Está usted enamorada de ese joven?
– Quizás si o quizás no. No me interesa ya saberlo. Lo que quiero decir, delante de todos y todas, es que si está muerto no habrá nadie mejor que él en mi memoria.
– ¿Y si está vivo?
– Si está vivo tendre motivos suficientes para seguir confiando en el amor.
– ¿Tanto le ha influido ese joven?
– Es mejor decir que he aprendido tanto de ese joven.
– Pero ya sabe que ese joven no está enamorado de usted. ¿Lo estuvo en alguna ocasión?
– Es una hipótesis y por eso me duele…
– ¿Es que cree que si está vivo está pensando en usted?
– Lo que quiero decir es que si está muerto nunca podré olvidarle… así que pido a Dios que esté vivo para poder enamorarme de nuevo…
– ¿Otra vez de él? Le conozco lo suficiente como para decirle que no será así-
– Lo sé. No me importa otra cosa sino saber que está vivo para buscar a quien me ame de verdad.
– ¿Él no la amó de verdad?
– Posiblemente sí o posiblemente no… pero si salió de mi vida sé que es para no volver.
– Enotnces… ¿de qién quiere enamorarse usted?
– De algún otro hombre que sepa sentir lo mismo que él.
– ¿Alguien tiene alguna pregunta más?
Ante el más absoluto silencio se levanta abandonado el Salón de Actos.
– Carmen… ¿nos vamos al cine tú y yo?
– No seas ridículo, Alberto.
– Pero es que yo estoy…
– ¡Para, para el carro, y no sigas! ¡Sé que me vas a decir que estás enamorado como un carnero de mí!
– Que me apellide Carnero no quiere decir que sea un carnero.
– ¡Haz el favor de alejarte de mí! Porque si de algo me tengo que arrepentir en mi vida ya me he arrepentido lo suficiente.
– Pero bien que te ofreciste a la farsa de enamorarle dándole celos conmigo.
– ¡Te he dicho que te apartes para siempre de mi vida, Carnero! ¡Me has oído perfectamente, me has escuchado perfectamente y ya sabes perfectamente lo que he sentido por él… asi que hasta nunca Alberto!
Y Carmen abandona también el Salón de Actos donde en silencio sepuclral se ha apoderado de todos los allí presentes mientras salen del Salón de Actos y se van apagando las luces.