Mi brújula es una guía de viajes por la comicteca de los seres adultos. En la latitud 37-59 con variante 54-37 y en la longitud 1-8 con variante 12-57 navego por la Escalera de la Literatura para dibujar aquello que me gusta y rechazo lo que no me gusta. Me pasa igual que con las chavalas. Quedo atrapado en la fascinación de la belleza porque es diferente y yo, siguiendo el rastro de mi verdadero camino me sitúo en los puntos cardinales de la última bibliotecaria y, desde allí, con mi brújula de papel, confecciono viajes que tienen sentido pues son dinámicas para clasificar las décadas de los sueños. ¿Qué hago con mi brújula?. Invitar a los mitos de los nuevos descubrimientos humanos.
¿Cómo se puede disfrutar de un julio libre?. ¿Cómo intentar estudirr textos y para qué?. ¿Cómo aportar historias para la conciencia?. Bueno. Con mi brújula de papel la lluvia puede calarme hasta los huesos y el corazón pero mi alma siempre será lo que le prometí a mi abuela: que las generaciones siguientes sepan que los milagros tienen sus raíces propias proyectadas a través de la familia. En cualquier esquina del tiempo mi brújula empieza siempre por la Fe para desarrollar Pensamientos.
No me importa que me reduzcan a una pequeña biografía si esta es la Libertad. No me gusta ser parte de la hojarasca simplemente bucólica y pesimista. Las ciudades a veces machacan el ritmo pero, al menos, voy a la mía a dibujar a la Felicidad. Para eso me he leído historias no de olmos cacucásicos precisamente pero si da sauces ecuatorianos entre otra smuchas historias contadas y por contar de jacarandás y otras flores. Me situó en mi escala de valores cristianos y me quedo al lado del ser humano. No me importan para nada los “top ten” que tanto destrozan a unos y a otros. No tengo ningún número preferido y siempre seré el 8 en las canchas y el 56 en la vida. A pesar de ello, le prometí a mi abuela ser siempre yo. Así que mi yo, aunque sólo sea el octavo de la Literatura y el quicuagésimo sexto en la vida, será siempre mi verdadero sentimiento.
NO es mi estilo estar peleándome por estar ubicado más o menos arriba o abajo en los “top ten”. Amo demasiado a la Libetad para dedicarme a eso. Yo sólo deseo seguir dibujando palabras, sólo palabras para el entendimiento. Mi brújula es una narración continua de plena integración con el Universo al cual pertenecemos los seres humanos. Sé que algún día aprenderemos a volar como las mariposas y por eso escribí el Cuento “La Mariposa Encantada”. Así soy yo y no pienso cambiar por muchas reglas más o menos académicas que publiquen los de la vetusta literatura de la Real Academia de la Lengua de cualquier país. Traspaso la barrera del ruido de los humanos parlanchines que se empujan a codazos para entrar en ella. Yo no deseo perder el tiempo en esas cosas (he visto empujarse a codazos hasta para entrar a comer en las Instituciones de Ayuda Social pues hasta ese grado de indecencia han caído algunos). Mis verbos siempre están y estarán relacionados con obras que todos, cada uno a su nivel, puedan leer y entender. En esta selva en que se ha convertido la Literatura Universal yo sólo soy el viajero que no desea ningún pantano donde caer ahogado sino enocntrar el Palacio Escondido de mi Princesa. Por eso mi brújula tiene sus propias latitudes y sus propias longitudes que voy variando cuando mi espíritu me lo pide.
Sé que voy a entrar en la Ciudad donde se quedó mi corazón dibujado dentro de una burbuja de sueños y mis textos son los que han llenado el vacío de la larga ausencia. Pero mi brújula sigue el Camino Verdadero con ayuda de unos ojos femeninos que conducen por mí. Sé que nunca seré un piloto sino que siempre tendré que ser un copiloto. Pero, para reflexionar os dejo el siguiente hecho real: Carlos Sáinz fue dos veces Campeón Mundial de Rallys gracias a la brújula de su copiloto Luis Moya. Sé que los verdaderos triunfadores, al final, somos nosotros, los sencillos copilotos que llevamos la brújula ardiente de nuestro corazón gracias a los ojos de una mujer. Muy buenos días a todos y todas.