Soy río, alegre, dulce y desbocado,
moldeando las piedras del camino,
resurgirán trazándome un destino
nuevos sentires de alma sin pecado
Bajo por las riberas acompasado
dulcemente, suavemente y con tino,
riego a la flor que un ser ladino
rasgó su corazón de lado a lado.
Si verla crecer mis ojos pudieran,
Mis ansias, mis deseos, mis anhelos,
Y mis soledades en paz se vieran.
Luchando en esta vida con desvelos,
busco una armonía y que no hieran
mis sentires y me colmen de consuelos
Querido amigo Grekosay. Mucho me ha costado parir este soneto. Bien sabes que no se nada de poesía. Aprendo de unos y otros, y, si a alguien he de “culpar” por haber llegado hasta aquí es a Tí. Sin tu empujoncito no me habría atrevido nunca a escribir.
Nunca te lo podré agradecer como te mereces.
Un saludo como siempre.
Saludos:
Hasta alcanzar la belleza y el juego arquitectónico del soneto…se precisan muchos versos anteriores. Creo que en tu soneto todo respira un toque poético maravilloso. Muchas feclicidades. Creo haberte comentado que nunca sabemos hacia dónde podremos dirigir nuestra nave creativa. Todo es cuestión de “buscar”. Saludos.