Dolores está dormida, profundamente dormida, con un sueño pesado que se le ha convertido en pesadilla. En mitad de la noche sueña con Mickey Mouse sentado en su almohada. Y entonces Dolores abre los ojos y habla con él. El viento crea suciedad en las ventanas abiertas y hace entrar, en la casa, pelusas como de perro pero que no son de perro.
Mickey Mouse sonríe en medio de la escena. Está demasiado sonriente el ratón. Dolores sigue soñando. Ve los lavabos de su casa sucios. Ve los baños de su casa sucios. Ve las habitaciones de su casa sucios. El ratón la sigue para no perderla de vista.
Dolores sufre ciertos dolores (no es un juego de palabras) y de pronto se tranforma extrañamente en una mujer airada. Lanza palabras insultantes mientras el ratón hace su propio juego de ir recogiendo memorias de la Dolores. El ratón apunta en sus cuadernos las memorias de Dolores y se introduce en ella.
Mickey Mouse, yace satisfecho tumbado en la cama, con la cabeza apoyada en la almohada, soñando con suculentas parrilladas de carne y chorizo a la brasa… mientras el ratón sigue asustando a Dolores. Dolores no puede escapar de su casa. Sigue elevando la voz y cada vez más furiosa. Dolores mira a un mueble lleno de libros y documentos y suelta un exabrupto. El ratón sigue a su lado.
Mickey Mouse sonrie…