Las espinas de nuestros labios
otras bocas desangrarán
ahora dormiremos tranquilos
mientras llega el final
Fue una lástima, lo siento
no tener el mismo cielo
pero yo no hago las reglas
sí decido a lo que juego
Luchábamos contra molinos
no podíamos ganar
una feroz lluvia de rayos
cayó en armaduras de metal
esperamos juntos la mañana
en un largo eclipse total
mientras el deseo era condenado
a la cárcel una eternidad
pero ahora dormiremos al fín tranquilos
mientras llega el final
Emborrachamos la cordura
con vino sin fermentar
la enredadera de nuestros brazos
otros cuerpos treparán
esta vez nos aseguraremos
de que llegue el final.
Hola Gema, cierto debe ser duro el sentimiento de querer que todo funcione sin embargo la suertesiempre es otra, se está al lado de esa persona pero las situaciones la colocan en otro nivel, el cual aunque sea del mismo juego nos hace perder. Lindo poema. Saludos
Qué peligro emborrachar la cordura con vino sin fermentar, cuando no se comaprte el mismo cielo, es difícil continuar, si…, alguna vez he sentido eso…, que ya no se podía sacar más…, un abrazo
No hay posible final para el amor enlazado en el deseo. Solo la muerte lo separa. Un beso, Gema. Tu poema es lindo.