Mis ojos eran distintos
cuando te miraban…
Por ellos, culpables, no te vi.
Mi mirada engañó la razón
Y los sueños ansiosos, demorados, te disfrazaron,
Mostrándome lo que quise ver.
La culpa no es tuya amor…
Fueron mis ojos,
mis traicioneros ojos,
que pervirtieron la lógica
Sobornados por tanta pasión
Juan Leandro Alzugaray
La pasión nos ciega cuando es el amor quién lleva las riendas.
Buen comienzo Juan.
Saludos.
Bienvenido Juan. Los ojos son muchas veces los que no nos dejan ver la verdad. Y es que la verdad es mucho más que la lógica de la razón; en la cual no creo tanto precisamente por saber que la verdad se esconde para que los malvados no la encuentren. Cosas de la magia divina que, en forma de mujer, se transforma en ilusiones que son verdaderas. Buen poema.