Monjas no me interesa.

Monjas no me interesa y mucho menos los Informes de Monjas. Si Atienza (sea del Real Madrid o no sea del Real Madrid) no sabe quién soy me es completamente inverosímil; tan inverosímil como Pedro y toda su pandilla de envidiosos. Quizás de mi vida en la Central (Principal para más señas) sólo me interesa la chavala morena que sé yo. Alguna vez hasta nos hemos encontrado en algún hotel continental y me ha sonreído. Por eso mereció la pena pasar aquellos tres meses en la Central y me haya servido para ligar mejor con ellas. Monjas no me interesa y mucho menos los Informes de Monjas. Hacia el cerrillo siempre tiran las cabras, locas para más inri, pero yo sólo estoy compensando las cuentas para dejarlas bien ajustadas. Lo mejor de todos aquellos tres meses, además de la guapa y sexy chavala morena, es que aprendí mucho sobre Juan de Austria y el mercadillo de Olavide que debió ser un personaje muy importante en la vida madrileña.

Por lo demás, que hubiera un calero que jugaba bien al fútbol o jugaba mal al fútbol sólo era cuestión de lo que pensase el míster, el director general de aquella banda, o de aquel veterano que se las daba de golpear muy fuerte al balón (creyendo que yo no podía hacerlo porque sólo era un ignorante) pero que nunca metía un gol ni al arco iris. En la Central, por supuesto, había una centralita donde trabajaba una chavala que, además de guapa, tenía sensibilidad y era dulce para el trato con los seres humanos. Ella sabía la verdad de lo sucedido y sabía que yo era inocente de los cargos que me imputaban. Por eso no discutí con nadie porque no me interesaba discutir con nadie lo que era totalmente evidente sino que cogí el equipaje y me marché a otro destino. Aquello no era la libertad (cosa que no existe) sino la liberación. Y me importó menos que un comino lo de las entradas a las corridas de toros de las Fiestas de San Isidro, acompañado de alguna compañera de trabajo, porque jamás he traicionado nunca a mi Princesa. Aunque las entradas a las corridas de toros fuesen regaladas. No lo admití y me marché de la Central sin echar ni una mirada atrás. Era lo mejor porque Monjas no me interesaba y menos todavía los Informes de Monjas. Prefería saber algo de Monjardín, el del Real Madrid Club de Fútbol. Ya está. Cierro mi Diario y ya están las cuentas compensadas y bien ajustadas por cierto.

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