Oye el canto del jilguero
pegao’ a tu vera, morena.
El silbido del buen mozo
pegao’ a tus rejas, morena.
Las notas de su guitarra
entre tu rizos, morena…
Escúchalo con dulzura, morena,
no te preocupes por nada, morena,
que sus palabras son bellas, morena,
y daño nunca te harán:
Ven conmigo hasta la fuente morena,
que te quiero susurrar,
dos palabras solamente morena,
y te las quiero cantar…
Su voz se te mete dentro
aún sin quererlo, morena
y escuchando tal conjunto,
tu alma… se desmelena, morena.
Siente el rojo de amapolas
pegao’a tu boca, morena.
Las caricias de sus besos
pegao’a tu cara, morena.
El roce de sus suspiros
pegao’a tu cuello, morena…
Tu alma… se desmalena…