Nieva en la aldea.
El blanco intenso
casi daña mis débiles ojos.
Todo huele a limpio
todo recién sacado de un cuento.
Las penas se desvanecen,
se alejan por la chimenéa
en compañia del denso humo.
La nariz helada
aprovisiona aire puro.
Que imagen tan bella
inmaculada,
serena,
blanca, blanca.
Un beso muy grande. Pensaba que ya nunca os iba a encontrar. Me alegro de que no séa así. Alaia
e
Bonita estampa de pura intensidad. Si, Alasia… en medio de la nieve seguimos vivos y nos encontramos. Me alegro de que estés aquí con tu poema lleno de blanca serenidad. Un beso vorémico y leal.
Allí, entre la nieve, me veo, y balanceo mi silla en el amago por escapar y entrar de puntillas en esa aldea blanca y limpia.
Un beso Alaia!.